Juan Martín Del Potro es un gladiador que tuvo que batallar contra las constantes lesiones durante su exitosa carrera en el tenis. El tandilense está rehabilitando su rodilla derecha y confesó que hay un motivo familiar que lo obliga a no bajar los brazos y a no retirarse.

“Mi papá y mi mamá no me vieron nunca jugar en vivo un Grand Slam. Me han visto jugar Copa Davis acá con mi hermana, ella sí viajó al US Open. Con este tema de la lesión de la rodilla y de la vuelta, ésto de mis viejos es algo que a mí no me deja estar tranquilo, no me deja bajar los brazos. Me hace decir ´yo tengo que volver a jugar´ y tengo que ir con mi mamá y mi papá y decirle a Roger Federer que salude a mis viejos”, reveló Delpo.

De esta manera, el tandilense de 31 años dejó en claro que pretende regresar al circuito tras la pandemia de coronavirus y además indicó en una entrevista con ESPN FC: “Jugué tantos años con dolor de muñeca que si tengo que jugar un poco más con dolor de rodilla para cerrar un ciclo como me gusta, hago el esfuerzo”.

Del Potro no juega desde junio de 2019, cuando se retiró del torneo de Queen’s, donde debía presentarse al partido de octavos de final del ATP 500 frente al español Feliciano López, pero los dolores en la rodilla derecha se lo impidieron.

En cuanto a Federer, Delpo manifestó: “Con Roger tengo como una relación mas cercana fuera del tenis y es un número uno dentro y fuera de la cancha tiene una sencillez que da gusto hablar con él”.

“Aprendí con el tiempo de verlo que cuando le empieza a pegar a la pelota con el marco de la raqueta es señal de que está cansado. Son cosas mínimas, pero para ganarle a él tenés que ver detalles chiquitos”, señaló.

Luego, Del Potro contó una anécdota con su abuelo Francisco José Lucas, quien falleció en 2017, meses después de la obtención de la Copa Davis para el equipo argentino a quien le hizo un asado con la Ensaladera de Plata a su lado.

“Llegamos a Tandil luego de ganarle a Croacia, yo no quería soltar la copa, y organizamos un asado con mi familia, con la carne de mi abuelo (era carnicero). Nos sentamos cada uno en nuestros lugares y en lugar de ponerle una copa de vino, le pusimos el trofeo de la Copa Davis”, reveló.

En ese sentido continuó: “El abuelo no la quería soltar, estábamos todos muy emocionados. Ya venía un poco mal de salud y me dijo: ´Bueno Juanito ahora ya estoy feliz y me puedo ir en paz´”.

“Para mí era lo mejor del mundo lo que me había dicho mi abuelo. A los pocos meses falleció y fue algo que me hizo sentirme realizado. Haberle devuelto el amor que tanto me dio desde chiquito, de lo que él siempre soñó para su nieto fue uno de mis mejores logros, mas allá del tenis”, aseveró.