Con 38 años y aún vigente al máximo nivel en la ATP, Roger Federer se ha convertido en una auténtica leyenda viviente del deporte.

De hecho, para la gran mayoría de los hinchas -y también muchos de sus colegas- de la disciplina el suizo es el mejor tenista de la historia.

Los números favorecen al helvético: no solo es el único que ha ganado 20 torneos de Grand Slam, también en el segundo en sobrepasar la barrera de los 100 títulos ganados (103) junto a Jimmy Connors (109).

Pero tanto talento no siempre fue apreciado por todos sus compañeros de circuito. O al menos así ocurrió con el argentino Gastón Gaudio, que en una charla abierta en Argentina contó una imperdible anécdota del día que vio jugar por primera vez en vivo al suizo.

“La primera vez que vi a Federer en Roma, en el 98 o 99. Había una expectativa con Federer, como que se viene Federer, que este tipo va a ser importante y era un chico. Yo estaba viendo el partido y dije ‘Este tipo es malísimo’“, admitió el ‘Gato’.

“Este nunca va a ser número uno del mundo. No sabe pegarle de revés. ¿Cómo va a ser número uno del mundo?”, agregó Gaudio, recordando que ese día estaba junto a parte del que sería staff de Nadal años después.

Ahora, con el paso del tiempo, el argentino se ríe de su fallida profecía. “Imagínate mi visión. Yo decía ‘no lo veo bueno’. Imagínate por lo que le erré. El mejor de toda la vida, de toda la historia: Federer’“, reconoció entre risas el argentino, que perdió las cinco veces que enfrentó al suizo.

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“Siempre me ganó… pero no sé por qué sentía que siempre podía ganarle

El tenista argentino puntualizó que para él enfrentar a Roger Federer nunca lo consideró como un ‘desafío imposible’ en la previa… más allá de lo que dicen los números.

“Es que cuando jugaba contra él, obviamente siempre me ganó, pero siempre estuve cerca salvo en Shanghai”, explicó.

“Yo sentía que podía ganarle. Pero no sé cómo hacía, en el momento que tenía que ganar el punto, ganaba siempre él ese punto”, acotó Gaudio, que al igual que Federer salió campeón una vez en Roland Garros.

Para el trasandino siempre fue más difícil, en la antesala, tener que medirse contra el chileno Marcelo Ríos, uno de sus ídolos.

“Alguien que odiaba jugar era el Chino Ríos… lo odiaba. Sentía que me sobrepasaba en el talento. No podía entrar a la cancha. Me hacía sentir un tarado dentro de la cancha, me paseaba”, confesó en un programa homenaje que tuvo en su país.