Marcelo Ríos es hasta el día de hoy el mejor tenista de la historia de Chile. El “Chino”, que completó una gran carrera en categoría junior y adulto, se consagra como uno de los mejores tenistas de la historia.

El 30 de mayo de 1994 el chileno estaba recién empezando su carrera profesional, cuando le tocó enfrentarse al número 1 del mundo en la ronda de los mejores 64 en Francia.

El “Chino”, que en ese entonces tenía solo 18 años de edad, entró al cuadro principal de Roland Garros a través de la qualy. Luego, en primera ronda, venció al australiano Joshua Eagle (6-2, 6-3 y 6-2).

En segunda ronda, la cosa se le complicaba a Marcelo Ríos. Pete Sampras, que entonces era el número 1 del mundo era el próximo rival del “zurdo de Vitacura”.

el extenista y entrenador Horacio de La Peña recuerda el momento antes del partido en el programa ‘Perfiles’ de la cadena ESPN. “Yo salía de la segunda cancha de Roland Grarros y de repente lo veo (a Ríos) todo sudado, venía corriendo con la raqueta en la mano y le digo: ‘¿Dónde vas campeón?’ y me dice: ‘Acabo de ganar y voy a estudiar un poquito a Sampras’ y ahí yo digo ‘¿este pibe qué hace? Sampras te va a pintar la cara”, rememora el argentino, que no esperaba que el chileno le hiciera partido al estadounidense.

Era el debut de Marcelo Ríos en un Grand Slam y en varios pasajes del partido tuvo contra las cuerdas a Sampras. Finalmente el encuentro terminó con un marcador de 7-6, 7-6 y 6-4. Con solo 18 años, Ríos obligó al entonces número 1 del equipo a esforzarse al máximo y ganar dos de los tres sets en tiebreak.

“Normalmente un jugador que pierde con el número uno del Mundo en el court central con 18 años sale feliz. Lo que me contaron a mí después es que salió enojado”, reveló Nicolás Massú, dejando en evidencia el espíritu ganador de Ríos.

Tras el partido, Pete Sampras no quedó indiferente al nivel del rival que tenía al frente. “Creo que tiene mucho mérito ya que nunca se sintió intimidado por el partido. Reaccionó como si fuera un partido común y corriente. Tiene un muy buen juego. Me obligó a trabajar duro”, afirmó en su momento.