El Rod Laver Arena de Melbourne vio como Naomi Osaka escribió una nueva página en la historia del WTA. Luego de vencer a Petra Kvitova por 7-6, 5-7 y 6-4, la japonesa se consagró campeona del Abierto de Australia, y de paso como la primera asiática en ser número uno del mundo.

A sus jovenes 21 años, la ‘nipona’ ya llegó a lo más alto de su profesión. Luego de ganar el último punto, Osaka se arrodilló antes de ir a saludar a su rival, y no pudo contener las lagrimas.

No es para menos, ya que con este, es el segundo Grand Slam consecutivo que consigue la asiática, tras ganar el US Open en 2018. Después de haberse consumado el encuentro, la gente que se convocó en Melbourne para ver la exhibición de talento de la ‘nipona’ se dispuso a escuchar a la campeona.

Empezando con la timidez que la caracteriza, Osaka comenzó por disculparse. “Disculpen, hablar en público no es mi parte más fuerte. Solo espero pasar este momento”, provocando las risas de todo el court.

Con humildad, la japonesa se giró y se dirigió a la checa Kvitova. “Eres verdaderamente increíble y es un honor haber jugado contigo la final del Grand Slam”, reconoció.

Dando un discurso con más tranquilidad luego del llanto en el final del partido, Osaka agradeció a su equipo y al publico asistente.

Además de ser la mejor del mundo en la disciplina, la ‘nipona’ se ha ganado al público con su simpatía, carisma y humildad.