Marcelo Ríos llegó a Chile en un estado físico envidiable para disputar su exhibición, mañana, ante el ecuatoriano Nicolás Lapentti.

En conferencia de prensa previo al evento, el ‘chino’ entregó detalles de su nuevo estilo de vida. Como bajo 13 kilos en tiempo récord y de su entrenamiento de 20 días en la Academia de Nick Bolletieri en Estados Unidos.

“Tengo una vida tranquila. Me acuesto temprano. Tengo seis hijos, cinco conmigo, los trillizos son unos diablos. En las mañanas voy a dejarlos al colegio temprano, voy al gimnasio, veo mis negocios. Luego entreno tenis y en las tardes estoy con los niños porque acá no les dan tareas. Me siento bien. Con el estrés que tenía en Chile me dio una vasoconstricción cerebral y me sentía agobiado… Pero la vida en Estados Unidos es diferente. Es tranquilo y nadie se fija quién eres. He podido vivir bien, con mi señora estamos los dos solos y hemos crecido mucho como pareja”, dijo.

Después de su accidente cerebral el ‘chino’ debió cambiar de manera drástica su estilo de vida, sobretodo cuando su médico le informó sobre los peligros que acarrearía en su vida si seguía así.

“Me dio como primer ejemplo a Cerati y me cagó al tiro. Y bueno ese era otro tipo de cosas. Lo primero que me hicieron fue un examen de cocaína y era lógico. Pero estuve internado una semana, hablé con gente. Me dijeron lo que me podía pasar, supe que Robbie Williams también lo tuvo, Pato Yáñez también, ni que hablar del de los Prisioneros (Jorge González) y me asusté realmente. Y mi familia, igual. Pero las secuelas no eran tanto como quedar vegetal. Las secuelas podían ser la ceguera, quedar hueón y podís quedar miles de otras cosas que no las quiero en mi vida”, explicó.

Además, el exnúmero uno reveló que hace tiempo que no consume alcohol ni cigarro, aunque le ha costado dejar las bebidas energéticas y el café.

“Tuve que parar de tomar. Hace cuatro años que no tomo alcohol. Yo digo la verdad. No es que yo tome todos los días, pero cuando tomaba… ¡tomaba! El doctor me preguntó cuanto y le dije que en una noche me tomaba una botella. Esa gueá de tomarse una copita no es para mí”, cerró.