Wayne Shelford llegó a ser capitán de los All Blacks y es una leyenda del rugby. Sin embargo, se volvió un héroe para su país de la forma más inesperada -y dolorosa- posible.

Los All Blacks y los Springboks avanzaron a la final del Mundial de Rugby, reeditando uno de los duelos con más historia entre dos de las selecciones más poderosas del deporte de la ovalada.

Y es que el combinado neozelandés y el sudafricano llegaron al encuentro definitorio de Francia 2023 con tres copas mundiales a cuestas, buscando consagrarse como el país dominador de la disciplina.

Historias de jugadores que alcanzaron la gloria y se volvieron héroes abundan entre ambos seleccionados, pero el origen de uno de ellos es bastante peculiar.

Wayne Shelford debutó con el equipo de Nueva Zelanda en 1986, durante la gira que los oceánicos realizaron en la previa del Mundial de 1987, el primer certamen planetario en la historia del rugby.

Tras aquel torneo, que los ‘Hombres de Negro’ ganaron en casa, el tercera línea pasó a ser el capitán de su Selección luego del retiro de David Kirk y se convertiría en una leyenda de su país.

Los All Blacks van a Francia

De cara al primer Mundial de Rugby de la historia, en Francia abundaba confianza. Les Bleus dominaron durante la década el torneo de las Cinco Naciones y habían construido un sólido y habilidoso plantel.

De acuerdo a 20 Minutos, la prensa gala del momento afirmaba que su Selección era la más fuerte del mundo y solo el nivel de los anfitriones -Nueva Zelanda y Australia- podría frenarlos en el certamen global.

Por lo anterior, la gira de los All Blacks por Europa en 1986 asomaba como la instancia perfecta para que los franceses demostraran de qué estaban hechos.

Francia y Nueva Zelanda agendaron dos duelos, en Toulouse y Nantes, en lo que asomaba como una previa de la final del Mundial que se jugaría en 1987.

Sin embargo, el primer encuentro fue un monólogo de los neozelandeses que, pese a no graficarlo en el marcador (9-17), mostraron en cancha que estaban varios peldaños por encima de los galos. Wayne Shelford tuvo un debut soñado con los All Blacks.

Por contraparte, fue un baldazo de agua fría para Les Bleus. La prensa destrozó a su Selección y rápidamente le quitó su estatus de equipo fuerte y duro. Incluso, los más extremos se preguntaban si deberían ir o no al Mundial.

El head coach francés, Jacques Fouroux, hizo eco de las críticas y cambió radicalmente su preparación para el segundo test match contra los oceánicos, consciente de que sus dirigidos no podían tolerar otra humillación.

El partido de rugby más violento de la historia

Días después del triunfo neozelandés en Toulouse, el estadio de La Beaujoire sería sede del partido más violento en la historia del rugby: “La Batalla de Nantes”.

El XV francés preparó la revancha ante los All Blacks con un juego mucho más físico, privilegiando lo rudo por sobre la habilidad que solían mostrar Les Bleus en sus encuentros.

De hecho, la irrespetuosa respuesta de los locales al Haka de los oceánicos en la previa del partido, anticipaba que no sería un partido como cualquiera.

Los jugadores galos lucían una agresividad pocas veces vista, y cada tacle venía acompañado de un sutil puñetazo o un empujón extra que desconcertó a los All Blacks desde un principio.

Los penales no tardaron en cobrarse para un lado y otro, pero la cúspide de la inusitada violencia llegó a los 20 minutos. Tras un masivo ruck, Wayne Shelford se acercó a la banca neozelandesa con sangre en la boca.

En la jugada previa, al tercera línea le volaron cuatro dientes y un fuerte dolor en la entrepierna, luego de un pisotón de un francés, le tenía inquieto.

Tras una breve revisión, el doctor del equipo le comentó que tenía una gran herida en el escroto. “Sutúrame”, dijo con toda calma ‘Buck’, quien recibió ocho puntadas en la zona genital antes de reincorporarse al partido.

Ya en la segunda mitad, la violencia local acabaría sacando del encuentro a Shelford, ya que una contusión cerebral le impidió completar los 80 minutos. El resultado fue un 16-3 a favor de los franceses.

“Noté algo raro en los franceses. Iban con los ojos muy abiertos”, dijo el tercera línea años después.

‘Buck’, leyenda de los All Blacks

All Blacks y Les Bleus volvieron a encontrarse en 1987, esta vez en la final del Mundial de Rugby. Con ‘Buck’ Shelford en cancha, los neozelandeses se impusieron 29-9 y ganaron el primer certamen de la historia.

Un año después, con el retiro de David Kirk, Wayne asumió la capitanía de su Selección. Con la jineta en el brazo, disputó 20 partidos y anotó 5 tries hasta su retiro en 1990.

Según ESPN, el tercera línea fue clave en darle un vuelco al combinado nacional, ya que fue el primero en implementar el “Ka Mate”, un tipo de Haka que hoy es el sello de los neozelandeses.

Antes, según detalla el citado medio, los jugadores interpretaban la danza maorí con cierta mecanicidad. ‘Buck’ cambió eso luego de llevar a sus compañeros a un colegio donde los estudiantes interpretaron el “Ka Mate” al más puro estilo nativo y dejaron sin habla a los jugadores.

Tras su retiro, Wayne Shelford dirigió equipos en su país y en Inglaterra, donde fue nombrado Miembro de la Orden del Imperio Británico. Además, es caballero de la Orden del Mérito de Nueva Zelanda.

‘Buck’ también tuvo un difícil partido cuando, en 2007, fue diagnosticado con Linfoma de Hodgkin. Sin embargo, tal como lo hizo en Nantes, soportó estoico y superó el cáncer para continuar con su vida ligada a la ovalada.