El jugador internacional italiano de rugby Maxime Mbanda recibió este miércoles una de las condecoraciones más importantes de su país, la orden de ‘Caballero del Mérito de la República’, por su trabajo como voluntario en la lucha contra el coronavirus.

El presidente italiano, Sergio Mattarella, le impuso la condecoración por su trabajo desinteresado en una ambulancia durante el período de la pandemia.

“Fue una noticia inesperada. Este reconocimiento me llena de orgullo”, dijo Mbanda.

“El mérito es de toda la gente que ha trabajado duro durante este período y que lo ha estado haciendo en el pasado durante años”, añadió.

A mediados de marzo, Mbanda, de padre congoleño y madre italiana, habría tenido que enfrentarse a Inglaterra ante 60.000 personas en Roma en su partido internacional número 21 con la selección Azzurra, un duelo que como otros muchos fue aplazado.

Federación Italiana de Rugby
Federación Italiana de Rugby

En cambio, con una mascarilla en la cara y un traje de protección íntegra, este jugador nacido en Roma colaboró en una ambulancia junto a voluntarios de la Cruz Amarilla de Parma, en Emilia Romaña, una de las zonas más afectadas por la pandemia del coronavirus.

“Cuando todo fue anulado en rugby, me pregunté cómo podía ayudar, incluso sin competencia médica. Encontré la Cruz Amarilla, que tenía un servicio de transporte de medicamentos y de alimentos para las personas de edad avanzada”, contó a la AFP.

Pero tras una jornadas suministrando mascarillas, alimentos y prescripciones médicas, la fuerza física del tercera línea del Zebre Rugby, el club de Parma, fue colocada donde era más útil, “en el frente, en el corazón del problema”.

“Me encontré trasladando pacientes con coronavirus de un hospital de la región a otro. Ayudo con la camilla o si hay que llevar pacientes en una silla de ruedas. Llevo también el oxígeno”, explicó entonces el jugador de 26 años.

“La primera persona que saqué de un hospital me contó que había visto morir tres horas antes al vecino de la cama de al lado. Y durante la noche, otras dos mujeres murieron en la sala en la que estaba. Nunca había visto morir a nadie”, añadió.