En estos Juegos Panamericanos de Lima 2019 ha ocurrido un positivo fenómeno en la gente, que ha conocido a héroes que hasta antes de sus actuaciones en Perú eran unos desconocidos para una gran parte de los chilenos. Gracias a grandes actuaciones y sacrificadas historias, varios atletas se han ganado la admiración del país.

Se ha generado un ambiente en el que más allá del resultado se ha premiado el esfuerzo y el trabajo silencioso que hacen estos dignos representantes de la bandera nacional. Y muchos son embajadores chilenos en el extranjero más que por sus victorias, por sus acciones y valores.

Porque más allá de la competencia deportiva, los atletas nacionales han podido transmitir el espíritu olímpico a muchos espectadores que se han contagiado con estos Juegos Panamericanos.

Bastaba ver cómo los primos Grimalt se saludaban con sus rivales cada vez que se tenían que cambiar de lado, o al rugbista chileno Felipe Neira preocupándose de inmediato por un rival al que pasó a llevar de casualidad (por nombrar a algunos).

Por otro lado, el respeto a las autoridades y a las decisiones arbitrales es una extrañeza para muchas personas, que en varios casos la carencia de este valor la confunden con la ‘viveza’ para ganar encuentros deportivos.

Porque más allá de quién hace más puntaje o quién se queda con las medallas, la World Olympians Association es clara en su carta olímpica cuando señala al respeto, la amistad y la excelencia como los fundamentos de sus competencias y los deportes.

A fin de cuentas, los atletas han dado el ejemplo entendiendo que no es una guerra y es sólo una competencia deportiva y que cuando suena el silbato final o culmina el evento, somos todos personas.

Este tipo de escenarios se agradecen aún más en esta parte del continente, donde hay tanta gente preocupada de fomentar el odio entre naciones. Muchos de nuestros representantes han dado un verdadero ejemplo, demostrando que cada uno va a defender su bandera ‘a muerte’, pero con respeto, amistad y excelencia, tal como pregona el Olimpismo.

La verdadera victoria en este tipo de eventos no son las deportivas o quién se queda con el oro. La gran victoria en estos eventos es la sociedad.

La invitación es a seguir apoyando a los deportistas con pasión, pero sin transar los valores , ya que nuestros actos repercuten directamente en las nuevas generaciones ¡Arriba el Team Chile! ¡Arriba el Olimpismo!