Decir que Universidad de Chile tuvo una complicada semana es volver a lo que se escuchaba durante la primera mitad del Campeonato Nacional. Ahora, con el regreso del torneo local, parece que volveremos a ser redundantes.

Y eso que la semana había terminado bien para la U luego de que derrotaran a Deportes Temuco y avanzaran a los cuartos de final de Copa Chile. Pero el lunes, casi a primera hora, recibieron el primer golpe: el portero Gonzalo Collao buscaba terminar su vínculo con el equipo. El guardametas rompía su acuerdo de palabra y decidía negociar como jugador libre.

Y mientras en el Centro Deportivo Azul se lamentaban porque un formado en la cantera no quería defender la camiseta de la U, un día después, otro arquero apagaba el incendio con bencina: Johnny Herrera. El referente hablaba de que su futuro estaba lejos de la U, que la directiva no estaba interesada en él y disparó contra Alfredo Arias, técnico azul.

Así, la felicidad por un buen resultado se esfumaba en dos días. Los problemas internos reflotaban nuevamente, el entrenador volvía a ser cuestionado y parte de la hinchada se cuadraba con Herrera en sus polémicas declaraciones. Para peor, un partido en el que tenían todo para ganar ante Palestino, lo terminaron empatando para volver a los puestos de descenso.

Si se buscara una definición de “hacer todo mal en siete días”, debiese aparecer la insignia de la U. Y es que cuesta entender cómo un equipo tan importante de nuestro fútbol sigue así de hundido, pareciendo vagar dentro de cada cancha en la que le toca jugar.

¿Es culpa de Arias? Ha planteado mal varios los encuentros y no ha acertado con los cambios en los partidos. “Pero si estoy tranquilo, esto es muy largo, no vamos a quedar hundidos porque no pudimos ganar. Esto es una carrera de largo aliento”, indicó tras la última igualdad, con una serenidad que a varios impresionó.

¿Responsabilidad de los jugadores? Cuando los errores se cometen dentro de la cancha, por supuesto que son responsables. Pasó con Herrera antes de ser cortado, pasa con Aveldaño cuando falla en las marcas, o pasa con Benegas y Henríquez cuando erraban en área rival.

¿Y los dirigentes? Además de enfatizar en que la billetera azul está escuálida para refuerzos o proyectos, poco pueden hacer en estos momentos con lo deportivo del equipo que, todo apunta, seguirá sumido en un mal momento. Ya trajeron de mala forma a un técnico, no se han manejado bien en lo administrativo y se les siguen escapando lo jugadores. No sé qué otra cosa podrían seguir haciendo mal.

¿Y es que hasta dónde llegará el descalabro en los universitarios? ¿Hasta descender a final de año? A uno le podrá gustar mucho un equipo o desagradar otro, pero ver en Primera B a un equipo como la U no tendría nada de positivo para el fútbol nacional que ya poco de competitivo tiene.

Avísenle a Azul Azul que algo mal están haciendo. Díganle a los jugadores que su margen de error es mínimo. Y explíquenle a Arias que su carrera de largo aliento es cada vez más corta.