La historia del futbol chileno tuvo un antes y un después tras la obtención de las dos Copas América por parte de la generación dorada.

Fueron décadas de frustraciones y desencantos. El “jugamos como nunca y perdimos como siempre” solía repetirse hasta el cansancio y muchos se resignaron a la posibilidad de campeonar algún día.

Pero la vida sigue y de la mano de un grupo de jugadores que no conocía la palabra imposible, Chile le torció la mano al destino y se situó en la cúspide del fútbol mundial, ganándose el respeto y la admiración en todos lados por lo que demostraban dentro de la cancha.

A nadie le enseñaron a transitar el camino de la victoria, y como ocurre en muchos casos, el éxito se nos subió a la cabeza.

El 13 de octubre del 2015, Chile le ganó a Perú en el Estadio Nacional de Lima por 4-3. El equipo que en ese entonces era dirigido por Jorge Sampaoli, venía de doblegar a Brasil como local y se perfilaba como el rival a vencer en las eliminatorias.

Sin embargo, todo quedó relegado a un segundo plano por una lamentable situación ocurrida en los camarines. Claudio Bravo, capitán de la selección, dejó escrito con un plumón “Respeto. Por aquí pasó el campeón de América”, ganándose el repudio de todo Perú.

Las eliminatorias siguieron su curso y Chile llegó a la doble fecha contra Paraguay y Bolivia con la misión de ganar los partidos para así mantener sus chances de llegar al Mundial de Rusia.

Luego de una dura derrota en Asunción, la roja salió al Monumental con la obligación de ganarle a Bolivia y Arturo Vidal sorprendió al salir al campo de juego con un peinado donde se podía leer “Bicampeones”.

El partido terminó en igualdad sin goles, y el crack del Barcelona fue criticado por falta de humildad. Finalmente, Chile se quedó sin Mundial y muchos apuntaron a la soberbia y el mirar en menos al rival como razones para explicar el descalabro.

Aplaudimos y elogiamos el gran cambio de mentalidad del futbolista chileno, su reflejo es el de muchos compatriotas que luchan frente a la adversidad y nunca se dan por vencidos.

Sin embargo, faltaba un cambió mucho más importante y que de a poco se viene dando en Sudamérica y el mundo: entender el fútbol como una herramienta de cambio social y unión entre los pueblos.

Muchas veces se habla de que el fútbol es el fiel reflejo de la sociedad y los deportistas un modelo a seguir para los más pequeños.

Gritos de gol cambiados por insultos racistas y peleas ente hinchas que terminan con fatales consecuencias, la guerra, que azota sin piedad varias partes del mundo, se trasladó al campo de juego.

Frente a este escenario, más que una clasificación a Copa Libertadores o a un Mundial, emociona lo que varios equipos alrededor del mundo están realizando.

Y justamente en Chile, se vivió una de las situaciones más bonitas que ha dado este deporte en el último tiempo. No fue un gol a último minuto ni una atajada a quemarropa, fue un gesto que vale más que mil palabras.

Luego de ser eliminados por Palestino en la fase final de Copa Libertadores, Talleres de Córdoba demostró que un verdadero campeón no es el que levanta más títulos, sino el que lo demuestra con acciones.

“Felicidades Palestino. Muchas gracias por la hospitalidad. Que el fútbol una fronteras”, fue el mensaje que dejaron en el camarín momentos después de quedar eliminados del desafío más importante de la temporada.

Gesto similar fue protagonizado por hinchas de Unión la Calera en Chapecoense, donde se vivió una verdadera fiesta en las tribunas. Ambas barras se dedicaron cánticos amistosos y dejaron en impecables condiciones el estadio.

Repetimos hasta el cansancio que no queremos más triunfos morales, que estos no valen nada y que lo importante es ganar como sea, sin embargo, con estas actitudes queda demostrado todo lo contrario.

Que esta buena racha continúe, que la familia pierda el miedo a ir a los estadios, que las rivalidades queden en la cancha y que demostremos que somos hermanos sudamericanos. Que esta fiesta se alargue por más de 90 minutos.