La surfista británica Laura Crane, de 30 años, podría haber logrado un hito histórico en el mundo del surf al surcar la ola más grande jamás montada por una mujer.
La hazaña, realizada durante el Nazare Big Wave Challenge en Portugal el pasado sábado, ha dejado a la deportista de Devon con la esperanza de que su nombre quede grabado en los libros de récords.
En una entrevista con la BBC, Crane describió el momento como una experiencia única. “Fue una de las olas más perfectas que jamás había surfeado“, dijo, visiblemente emocionada.
La ola, que aún está siendo evaluada por el grupo Big Wave Challenge en colaboración con Guinness World Records, podría haber superado el récord actual, establecido en 73,5 pies (22,4 metros), una marca que hasta ahora permanecía lejos de alcanzar por las mujeres.
“Fue un momento emocional para afrontar“, admitió Crane, quien reveló que la posibilidad de establecer un nuevo récord sería el “mejor regalo de Navidad” que podría recibir.
En un video capturado por el fotógrafo Laurent Pujol, se puede ver a Crane surcando una ola gigantesca en el corazón de un océano imponente. La imagen refleja la magnitud de la ola, con la surfista ubicada cerca de la base de la pared de agua, mientras la espuma blanca recubre la cresta, creando una escena visualmente impactante.
El desafío, sin embargo, no estuvo exento de complicaciones. La competencia se suspendió por una falla técnica, lo que dejó a muchos surfistas con poco tiempo para aprovechar las condiciones.
“La mayoría de los surfistas se fueron, pero yo no pude”, comentó Crane. Con la luz del día escapando rápidamente y el swell perdiendo fuerza, se encontraba en una carrera contra el tiempo.
Tirada por su compañero Antonio Laureano, la británica consiguió atrapar la ola que, según relató, “creció enormemente mientras me dirigía hacia la orilla”. La velocidad de la ola alcanzaba los 30 mph (48 km/h), lo que aumentaba la adrenalina y el riesgo de un error catastrófico.
La emoción de la experiencia se mezcla con la sensación de desafío y superación que vive la surfista cada vez que se enfrenta a olas de este tamaño. “La adrenalina es incomparable”, concluyó Crane, dejando claro que el surf, con todas sus dificultades y riesgos, es su gran pasión.