El reconocido saltador base y paracaidista austriaco Felix Baumgartner, fallecido el pasado 17 de julio tras un accidente en parapente, murió producto de un fallo humano.

Así lo dictaminó la investigación a cargo del fiscal encargado del caso, Raffaele Iannella, que no detectó problemas técnicos en el equipo que Baumgartner utilizó en su último salto.

Según lo explicado por Ianella, el deportista entró en una espiral descendente que no logró enmendar y que, a la larga, provocó que se estrellara en la piscina de un hotel en Porto Sant’Elpidio (provincia de Fermo, Italia).

“No fue capaz de realizar la maniobra necesaria para salir de esa situación”, dijo el fiscal, según detalla Marca.

De acuerdo al citado medio, algunos testigos aseguran que el vuelo transcurría con normalidad hasta que “el parapente comenzó a girar bruscamente hacia el suelo”.

El caso ya se encontraría cerrado, por lo que la intención del fiscal Ianella es solicitar a un juez que la investigación se archive.

Felix Baumgartner, vale recordar, saltó a la fama por su lanzamiento desde la estratosfera en octubre de 2012.

Como parte del proyecto Red Bull Stratos, el austriaco se arrojó desde más de 39.000 metros de altura y estableció tres récords mundiales.