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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Armand Duplantis se consagró campeón del mundo por tercera vez en su carrera en el Estadio Olímpico de Tokio, marcando un récord del mundo de 6,30 metros en su último intento. La superioridad del atleta sueco quedó patente en la competencia, donde los rivales se vieron resignados a pelear por el segundo puesto. El griego Emmanouil Karalis obtuvo la medalla de plata con 6,00 metros y el australiano Kurtis Marschall se llevó el bronce con 5,95. Duplantis celebró la victoria de forma enloquecida, envuelto en la bandera sueca. Además, su triunfo le reportó más de 150 millones de pesos entre premios de World Athletics y el récord del mundo.

Armand Duplantis volvió a volar con su pértiga en el Estadio Olímpico de Tokio para coronarse, por tercera vez en su carrera, campeón del mundo, un logro que también llegó con un récord del mundo de 6,30 metros en su último intento.

Hace mucho tiempo que Duplantis compite contra sí mismo y en cada prueba a la que va la única duda que reside en el espectador es saber con cuánto margen de diferencia ganará respecto a sus rivales y si habrá récord del mundo o no.

Su superioridad es tan apabullante que en Tokio, en la ronda de clasificación, quizá excesivamente larga al ser muchos los participantes, se le vio en varios momentos con la mirada ausente en un claro síntoma de aburrimiento.

Lo que le gusta a Duplantis son las finales y sentirse observado y eso es lo que ocurrió exactamente en Tokio, un estadio que conoce bien de 2021, cuando ganó la medalla de oro de los Juegos Olímpicos, aunque en ese momento la pandemia de la COVID-19 impidió que hubiera público en las gradas.

El prodigio sueco pudo redimirse en esta ocasión y, espoleado por los aficionados nipones, logró la victoria con una marca de 6,30 metros y sin encontrar oposición en sus rivales, resignados siempre a pelear por el segundo puesto.

En Tokio, el medallista de plata fue el griego Emmanouil Karalis con 6,00 metros y el bronce lo ganó el australiano Kurtis Marschall con 5,95. Con ambos celebró Duplantis la victoria de forma enloquecida, sonriendo por el estadio, envuelto en la bandera sueca y saltando sin parar celebrando la gesta.

La medalla de oro de Duplantis, como para todos los campeones del mundo en Tokio, conlleva un reconocimiento económico por parte de World Athletics de 70.000 dólares y otros 100.000 por el récord del mundo: es decir, su salto le valió ganarse más de 150 millones de pesos.

Además, desde el 8 de febrero de 2020 en Torún (6,17 metros) hasta este 15 de septiembre en Tokio, el sueco encadena catorce récords mundiales.