Camilla Herrem se ha convertido en un icono del balonmano en Noruega. La exseleccionada nacional y jugadora del Sola HK volvió a jugar este fin de semana y lo hizo con una condición especial.
La deportista de 38 años saltó a la cancha sin su habitual larga y rubia cabellera, ya que hace solo cinco días terminó sus sesiones de quimioterapia.
De acuerdo a Marca, en junio pasado se le detectó a Camilla cáncer de mama. Un bulto en uno de sus pechos la alertó y, una posterior mamografía y biopsia, confirmaron el peor de los pronósticos.
La ganadora de cuatro medallas olímpicas (dos oros y dos bronces), tres Copas Mundiales y cinco Europeos se enfrentó así a un difícil y desconocido reto. “No creo haber estado nunca en algo tan exigente”, admitió entonces la noruega.
Pero el tratamiento tuvo resultados positivos. Según el citado medio, el tumor se ha reducido entre un 25% y no hay señales de metástasis. Por lo anterior, tras el visto bueno de su oncólogo, Herrem pudo volver a las canchas.
“Sentí un pequeño nudo en la garganta cuando estaba en la fila y presentaban a las jugadoras. Nunca pensé que sería capaz de hacer esto hace dos meses y medio. El hecho de que todavía me permitan estar en el campo, entrenar y jugar partidos es absolutamente maravilloso”, contó Camilla tras su retorno al deporte.
El entrenador del Sola HK, Steffen Stegavik, detalló que “nos hemos asegurado de que sea seguro. Hemos realizado dos entrenamientos de 30 minutos para comprobarlo. Tiene que sentir su propio cuerpo. Pero claro, la habría sacado del partido si hubiera visto que no estaba bien”.
Camilla Herrem marcó cuatro goles en su regreso y se retiró ovacionada por compañeras y rivales. “Mientras sienta que puedo hacerlo, intentaré jugar lo máximo que pueda. El balonmano para mí siempre ha sido un refugio”, concluyó la exseleccionada noruega.