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La expromesa de las Artes Marciales Mixtas, la brasileña Eduarda Neves Santana, conocida como Duda Cowboyzinha, vive un dramático momento tras alejarse del deporte debido a sus adicciones, lo que la ha llevado a vivir en la calle y prostituirse. Llegó a la UFC en 2019 pero fue desvinculada en 2020 por dar positivo en un control antidopaje. La falta de medios económicos para defenderse la sumió en depresión y consumo de drogas. A pesar de todo, mantiene la esperanza de recuperarse con la fe en Dios.

Del cielo al infierno. La brasileña Eduarda Neves Santana, expromesa de las Artes Marciales Mixtas, atraviesa un dramático momento tras alejarse del deporte debido a sus adicciones.

Así lo admitió en las últimas horas la propia exluchadora, también conocida como Duda Cowboyzinha, a un grupo de evangélicos y fanáticos de la disciplina con los que coincidió en plena calle, su nuevo hogar.

Fue en 2019 que Neves llegó a la UFC, la empresa más importante de este deporte directamente desde la ‘Ciudad de Dios’ de Río de Janeiro. Sin embargo, en 2020, cuando la pandemia del Covid-19 se hacía sentir, acabó arrojando positivo en un control antidopaje. Fue desvinculada y no se recuperó más.

Pese a que su equipo alegó inocencia en su momento, explicando que el resultado adverso se debía a un alimento contaminado, no tuvieron los medios económicos para elaborar una defensa que le permitiera, al menos, apelar al castigo de dos años.

De ahí vino lo más difícil. Alejarse del deporte repercutió en depresión y drogas. Una combinación letal que la mantiene viviendo en la calle y prostituyéndose.

“Sigue tu sueño, no escuches a los amigos, evita las drogas. ‘Ah, yo sólo fumo mofeta, sólo fumo porro’, ‘el porro es natural’… Hermano… Empiezas así: porro, cocaína, crack… Después se convierte en algo así como prostituirse por drogas”, afirma Duda a los presentes que la reconocieron, detalla Globo Sporte.

“Para conseguir el material de lucha, que era caro, no tenía ningún patrocinio, éramos sólo yo y yo, ¿Sabes? Hoy me prostituyo para comprarme un paquete de 20, para comprarme un cigarrillo”, acota.

Duda profundizó que su ´problema también afectó en entorno más cercano: “Mi familia no entiende que esto es una enfermedad, no es nada malo… Esta dependencia es muy triste”.

“A veces paso días y días sin fumar, empiezo a emocionarme, ‘¡Voy a pelear otra vez!’. Luego, cualquier pequeña cosa me deprime y empiezo a consumir drogas de nuevo”, agregó.

Finalmente, con una mezcla de ilusión y esperanza, ‘Cowboyzinha’ sostiene que “Dios me quitó todo, como Job, pero un día me lo devolverá todo. Él me está probando como probó a Jesús, en el desierto, así como probó a Daniel. Pero un día esta historia tendrá un final feliz. Esperen mi regreso”.