A más de 100 metros de profundidad en el océano, donde nada interrumpe la calma de Sebastián Lira, él solo piensa en una cosa: no respirar.
El psicólogo y apneísta profesional, en 14 años de carrera deportiva, se ha transformado en un hombre récord para el deporte chileno.
‘Seba’ ostenta plusmarcas nacionales y continentales, tras tener una brillante actuación en la edición 2024 del Deep Dominica, uno de los torneos de Apnea de Profundidad más reconocidos en el mundo. Pero, irónicamente, aspira a más.
Libertad, conexión y éxito
Fue hace más de una década cuando Sebastián, hoy de 37 años, se sumergió por primera vez en una piscina con el objetivo de competir por llegar lo más abajo posible.
Esa zambullida marcó un antes y un después para él. “Había buceado antes y el agua captó mi corazón, mi alma. Fue llevar mi cuerpo y mente a un punto de excelencia“, detalla el deportista, en diálogo con BioBioChile, y toma un largo respiro
La apnea, deporte de riesgo que en Chile está bajo el alero de la Federación Deportiva Nacional de Actividades Subacuáticas y de Salvamento Acuático (Fedesub), le ofreció a ‘Seba’ algo que él constantemente buscaba: libertad.
“Veía a esta gente que se metía y conectaba con el mar. Yo pensaba ‘que ganas de sentir lo mismo’. Recuerdo que en mi primera competencia me fue muy bien y ahí empezó mi carrera. Hoy puedo llevar el nombre de Chile a nivel internacional” comenta Lira y, otra vez, toma un extenso respiro.
Los más de 10 años de Sebastián sumergiéndose en aguas del mundo lo han llevado no solo a impactarse de sus propias capacidades, sino que también a ser el principal candidato de nuestro país a participar en el próximo Mundial de Apnea. Por ahora.
Problemas para el mejor apneísta de Chile
Durante 2024, Sebastián solo pudo participar en Deep Dominica. Fueron cinco meses en las tropicales playas de la isla montañosa del Caribe, tiempo en los que tuvo que adaptarse al clima del lugar constantemente azotado por huracanes y donde residen cerca de 200 personas.
“Suena bien impresionante cuando uno ve la cantidad de esfuerzo que se emplea por momentos tan cortos”, sostiene Lira, antes de dar un largo respiro.
La apnea, además de ser un deporte riesgoso, es caro. Sebastián recurrió a un “mecenas” para su único certamen de 2024, mientras que grandes referentes mundiales compiten en cuatro o cinco por año.
Aun así, el chileno se las ingenió para batir récords continentales en dos categorías, llegando a sumergirse 110 metros en la categoría de inmersión libre.
“Podría haber traído medallas a Chile si hubiera competido en el Mundial, que este año fue en Grecia. Sin embargo, no pude competir por falta de apoyo tanto de la Federación como de particulares o empresas. Fue una pena, porque podría haber traído una plata y un bronce”, lamenta el apneísta nacional, antes de tomar otro respiro.
La misma situación podría repetirse en 2025, ya que la posibilidad de que ‘Seba’ tenga competencias antes del Mundial depende de que consiga los fondos necesarios.
“Quiero ir al menos a dos competencias el próximo año. Sin embargo, hasta ahora no tengo ninguna marca que me patrocine, por lo que mi participación tanto en el Mundial como en cualquier otra competencia en 2025 está en jaque”, señala Lira tras lo cual, nuevamente, se da un pausa para respirar.
Un deporte, irónicamente, en ascenso
Descender la mayor cantidad de metros posibles, sujetado solo de una cuerda y con un solo respiro. La apnea, pese a sus riesgos, es un deporte que sigue sumando adeptos.
Para Sebastián Lira es “llevar el cuerpo y la mente al límite, empujar tus propios márgenes y poner la vida en perspectiva, libremente”. Y con esa descripción, cobra sentido que más personas se interesen en la disciplina. Incluso en Chile.
El último evento oficial de apnea organizado por Fedesub se vio sobrepasado por la cantidad de inscritos, al punto que se modificó que cada competidor tuviera un intento en lugar de dos.
“Han salido tres o cuatro películas y documentales de apnea, y las personas ya cada vez me están escribiendo más por redes. Me dicen ‘me encanta lo que haces. ¿Puedo hacer lo mismo? ¿Vas a hacer algunos cursos? ¿Dónde puedo aprender?’. Es un deporte que está creciendo mucho, que cada vez más se posiciona como algo importante”, dice ‘Seba’ y, otra vez, respira largamente.
“Sí, es un deporte peligroso, pero solo si uno no cumple con los protocolos de seguridad. No he tenido grandes problemas, como daño en los tímpanos, en los pulmones, ni he perdido la conciencia. Hace 10 años que no hay registros de muertes en competencias. Es una disciplina que sabido contener sus riesgos”, añade el deportista nacional. Y otra vez respira.