El destacado velocista ecuatoriano Alex Quiñonez de solo 32 años fue asesinado este viernes en Guayaquil. Es considerado el mejor velocista de la historia de Ecuador.

El velocista olímpico ecuatoriano Álex Quiñónez, de 32 años, fue asesinado en el puerto de Guayaquil (suroeste), informó el sábado el ministerio del Deporte de Ecuador.

“Con profundo dolor confirmamos el asesinato de nuestro deportista Alex Quiñónez”, señaló la cartera a través de Twitter.

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, expresó a su vez que “sentimos mucho la dolorosa pérdida de Alex Quiñónez, padre, hijo, un gran velocista que marcó el deporte”.

“Nuestras más sinceras condolencias a sus seres queridos. Que en paz descanse. Quienes arrebatan la vida de los ecuatorianos no quedarán impunes. Actuaremos con contundencia”, añadió el mandatario en su cuenta en esa red social.

El crimen se registró cerca de la medianoche del viernes en un suburbio de Guayaquil, señaló una fuente policial, agregando que el atleta fue atacado a bala cuando se encontraba con otra persona que también falleció.

En un comunicado divulgado por Twitter, el ministerio señaló que “perdimos a un gran deportista, a una persona que nos hizo soñar, que nos hizo emocionar”.

Quiñónez, ausente en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio, fue finalista de los 200 metros en Londres-2012, donde compitió contra Usain Bolt.

El deportista fue calificado por la cartera como el “mejor velocista de la historia de nuestro país”. Alcanzó el bronce en el Mundial de Doha de 2019 en los 200 metros. Fue también medallista en Juegos Panamericanos, Iberoamericano, Sudamericanos y Bolivarianos, entre otros logros. De hecho, en los Odesur de Santiago 2014 fue plata por detrás de Aldemir Gomes (Brasil).

Ecuador afronta una escalada de la criminalidad a causa del narcotráfico, con cerca de 1.900 muertes violentas en lo que va del año, siendo Guayaquil la ciudad más afectada por la violencia.

Eso motivó a Lasso a declarar el lunes el estado de excepción en todo el país por 60 días, ordenando que los militares salgan a las calles a patrullar y hacer requisas.