“Era como servir niñas a un pedófilo en bandeja de plata”. Con estas duras palabras, la gimnasta estadounidense Aly Raisman describió ante el Senado la falta de acción de las autoridades ante los repetidos abusos sexuales cometidos por su entrenador, Larry Nassar.
Las agresiones cometidas por el coach oficial de la Federación Estadounidense de Gimnasia, vuelven a generar reacciones de estupor y rabia, esta vez, en declaraciones televisadas de Simone Biles, McKayla Maroney, Maggie Nichols y Aly Raisman, cuatro de las deportistas afectadas, ante un comité especial del Senado.
Nassar ya ha recibido dos condenas judiciales que suman hasta 235 años de cárcel, pero ahora se busca determinar la responsabilidad del sistema deportivo estadounidense y los organismos de inteligencia.
Según las gimnastas, tanto el Comité Olímpico estadounidense como el mismo FBI, responsable de la investigación del caso, habrían cerrado los ojos ante más de 300 casos de abuso sexual contra menores.
El testimonio de mayor peso fue sin duda el de Biles, considerada la mejor gimnasta del mundo, quien inició su declaración diciendo “he ganado 25 medallas en Mundiales, siete en Juegos Olímpicos, y soy sobreviviente de abuso sexual”.
Con lágrimas en los ojos y tomando pausas entre cada frase, Biles denunció que el Comité Olímpico de de su país sabía de las agresiones sexuales de Nassar contra las atletas mucho antes de que ella las denunciara.
“¿Y eso es todo?”
Los testimonios de las otras tres gimnastas fueron igualmente desgarradores, algunos dando a conocer detalles repulsivos de las agresiones.
McKayla Maroney, quien denunció que el entrenador Nassar le había metido los dedos en sus genitales cuando tenía 13 años, relató este miércoles que había recibido una increíble respuesta del FBI: “¿Eso es todo?”.
Aly Raisman, campeona olímpica, también aseguró sentirse asqueada por la actitud del Comité Olímpico de Estados Unidos, “que todavía está buscando respuestas, seis años después de las acusaciones originales”.
Denunció que las autoridades deportivas y el FBI sabían que Larry Nassar agredía a cientos de jóvenes deportistas y que eligieron no hacer nada para frenar su acceso a las menores.
Cualquier empleado del comité pudo haber caminado unos pasos para denunciar los hechos ante el Servicio de Protección Infantil de Indiana, cuya sede está en el mismo edificio. “Pero en lugar de eso permitieron de manera consciente que Nassar continuara ‘su trabajo’ en la Universidad de Michigan y en el Club de Gimnasia de Estados Unidos, donde encontró otras 100 víctimas más para agredir. Era como servirle niñas a un pedófilo en bandeja de plata”, detalló Raisman.
Todas las declarantes coinciden en que el FBI minimizó e ignoró las acusaciones de las chicas y no hizo nada para investigar apropiadamente a Nassar y a los responsables deportivos.
Y efectivamente, una investigación interna del Departamento de Justicia difundida en julio señaló que el FBI cometió errores fundamentales en la investigación y no trató el caso con “la mayor seriedad” después de que la Federación de gimnasia informara por primera vez las acusaciones a la oficina del FBI en Indianápolis en 2015.
Por su parte, el director del FBI Christopher Wray, se disculpó este miércoles ante el Senado por “una conducta reprobable ” y por lo que llamó “errores básicos” de su organización.