Mike Tyson, el otrora campeón mundial de los pesos pesados, es reconocido por su fiereza arriba del ring que lo llevó a lo más alto del boxeo.

El oriundo de Brooklyn no tenía piedad con sus rivales y, su fuerza y destreza, lo llevaron a ser uno de los pugilistas más temidos del mundo del deporte.

Sin embargo, ‘Iron Mike’ también tiene su lado sensible. Así lo reveló él mismo, durante su podcast “Hotboxin’ with Mike Tyson”, en el capítulo donde entrevistó el mexicano Saúl ‘Canelo’ Álvarez y su entrenador Eddy Reynoso.

Según replica Infobae, Reynoso contó que uno de los momentos donde más sufrió en el boxeo fue en 1990, con la primera derrota del hasta entonces invencible Tyson ante James Douglas.

Sin embargo, lejos de hablar de aquella caída, el estadounidense profundizó en la que para él es su peor recuerdo del boxeo: la pelea entre la leyenda Julio César Chávez y Óscar De la Hoya de 1996.

“Lloré, él era mi héroe”

Al citado enfrentamiento, Chávez llegaba con 96 victorias, un empate y solo una derrota ante un De la Hoya que, si bien era el favorito en las apuestas, no era muy querido por los fanáticos.

Pero aquel 7 de junio, en el Caesar’s Palace de Las Vegas, se vio a un irreconocible multicampeón mexicano, que fue apabullado por los entonces jóvenes puños de su compatriota.

En el cuarto round, la sangre que brotaba de la ceja de Chávez era incontenible y el juez decretó nocaut técnico a favor de De la Hoya, confirmando la primera derrota por KO de Julio César.

Tyson no lo podía creer. “Lloré cuando Óscar de la Hoya venció a Chávez. Él era mi héroe”, reconoció ahora ‘Iron Mike’.

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Una ceja partida y un corazón roto

El inesperado resultado se dio, en parte, por un accidente del ‘Señor Nocaut’ en las peleas de sparring previas al cruce con De la Hoya.

Cinco días antes del combate, Chávez recibió un golpe que le provocó una profunda herida en su ceja izquierda.

Posponer el enfrentamiento habría sido lo adecuado, pero Julio César sabía que eso significaba una pérdida económica brutal y se subió al ring a escondidas de la Comisión Atlética de Nevada. ¿El resultado? Nefasto.

De la Hoya manejó la pelea a su antojo luego de que Chávez comenzara a sangrar en los primeros minutos de pelea, conectando certeros ganchos al rostro de Julio César.

No pasó mucho para que la entonces promesa del boxeo acabara con la leyenda, silenciara el Ceasar’s Palace y destrozara el corazón de Mike Tyson.