El surfista Mick Fanning, tricampeón mundial, vivió una verdadera pesadilla durante el año 2020.

Y no por la pandemia desatada del coronavirus que afectó a prácticamente todo el mundo. Al contrario, sufrió la peor temporada de su vida por el ‘fanatismo desquiciado’ de una seguidora, Sarah Foote.

Foote se encargó de incomodar al deportistas con distintas cartas por varias semanas, las que comenzaron con palabras de amor y terminaron con amenazas de asesinato.

Sin embargo, el tema fue más allá. Foote, no satisfecha con sus escritos, empezó a acosar en vivo y en directo a Fanning. Lo siguió por varios días hasta que logró dar con su casa.

La fanática perdió el razonamiento cuando ingresó al hogar de Mick con la idea de robar algún recuerdo. Fue en febrero de 2020 y Sarah Foote acabó detenida por la policía.

La mujer fue condenada a 15 meses de prisión con libertad condicional, detalla el portal 20 Minutos.

“A veces me gustaría matarte”: Las cartas que se revelaron en el juicio

Lo más llamativo del caso se ha conocido en estos días, luego que la prensa australiana revelara el contenido de las cartas que se revelaron en el juicio.

Fueron cuatro escritos los que recibió Fanning, que dejan en evidencia el descontrol de Sarah Foote y problemas psicológicos.

“A veces me gustaría matarte para terminar con nuestra miserable tontería. Aunque no querría poner fin a nuestros mejores momentos porque te quiero mucho y me gustaría saber también qué nos deparará el futuro a los dos”, se lee en una de ellas.

En otra, de mayor contenido sexual, Sarah remarca que “Puedo ser una auténtica perra”, “me gusta mirar tus fotos, especialmente las de tu libro (sé que sabes lo que acabo de hacer)” o “realmente eres una persona muy extraña”.

Finalmente, en el último texto, Foote le confiesa a Fanning que “conocí a una asesina de niños que ahogó a su bebé, pasó un año en un hospital psiquiátrico y luego la soltaron y asesinó a otro niño”. En ese tiempo la novia de Mick, Breeana Randall, estaba embarazada (hijo nació en agosto de 2020). Una loca amenaza que, al menos, pudo detenerse a tiempo.