Bárbara Hernández está feliz. Y no es para menos, pues hace poco se convirtió en la primera mujer chilena en completar los 47 kilómetros de la maratón de aguas abiertas en Manhattan, con un tiempo de 7 horas y 59 minutos.

Pero eso no fue todo para la mejor nadadora de aguas gélidas del mundo, ya que además se transformó en la primera persona chilena en la historia de nuestro país en obtener la Triple Corona en natación en aguas abiertas, la cual completó tras cruzar el 2019 el Canal de la Mancha y el Canal Santa Catalina.

La ‘sirena de hielo’ ha debido nadar contra la corriente durante gran parte de su vida, batallando con el financiamiento y las dificultades propias de su deporte.

Sin embargo, y pese a todas las inclemencias, se ha mantenido firme como una roca demostrando que constancia y perseverancia no existen imposibles.

Para Bárbara la cosa es clara: amor al agua y a la bandera. Con esa consigna se planta frente a los siete mares y le dice al mundo que Chile tiene potencial y grandes deportistas.

A continuación, su entrevista con BioBioChile.

“Uno pone literalmente en riesgo su vida”

¿Cómo estás? ¿Cuándo regresas a Chile?

Estamos muy contentos con el resultado, así que descansando, entrenando acá con el equipo de Coney Island. El regreso será mañana. Aprovechamos esta semana para recuperarme acá y aprovechar de hacer aguas abiertas, que no podía hacerlo en Chile.

¿Siempre pensaste que lograrías completar la maratón de Manhattan?

Cada una de las maratones acuáticas o desafíos que emprendo en aguas abiertas, es necesario tomarlos y enfrentarlos con mucha humildad, porque uno puede venir muy bien preparado, pero finalmente es la naturaleza la que manda, los ríos, las corrientes, la lluvia. Todas esas cosas influyen en si es posible completarla o no. Venía dispuesta a dar mi mejor esfuerzo, a darlo todo en el agua, sin buscar excusas ni lamentaciones.

Cuando viajaste a la maratón, ¿Sabían de las complicaciones que pasaste para poder ir? ¿Qué te comentaron?

Cuando decidimos enfrentar esta carrera, que en sus inicios iba a ser a principios de junio, y gracias a la organización la pudieron reagendar para el 30 de septiembre. Obviamente entendíamos todas las complicaciones de emprender un desafío de tal magnitud, en un año tan complejo, pero eso mismo lo hacía más motivador. Hice gran parte del entrenamiento en cuarentena, solo trabajo en seco, con acondicionamiento físico, y solo tuve seis semanas de entrenamiento en piscina. No entrené ni una cuarta parte de lo que se debe hacer para una maratón.

¿Cómo fueron tus inicios en la natación en aguas abiertas?

La gente conoce a la ‘sirena de hielo’ ahora, solo hace algunos años, pero llevo nadando toda mi vida. Empecé hace 27 años atrás a nadar en piscina y ya llevo 17 años en aguas abiertas. Estos son los nados más difíciles alrededor del mundo, uno pone literalmente en riesgo su vida. Es un tipo de natación extrema, por la temperatura del agua, la fauna marina, las corrientes, la extensión de los nados. Es imposible hacerlo masivo, porque año a año aún con los resguardos fallecen nadadores. Sin embargo es lo que más me apasiona y enorgullece, el representar a mi país y ser una especia de embajadora.

Instagram

“Amor al agua y a la bandera”

¿En qué momento te diste cuenta que podías dedicarte a esto toda tu vida?

Es complejo, porque para eso significaría tener una especie de sueldo o remuneración económica, y tomarlo como un trabajo, y no es así. Al no ser un deporte olímpico yo no tengo opción de ningún tipo de subvención estable. Yo soy psicóloga y magíster de la Universidad de Chile. Eso ha significado conjugar mis distintas pasiones y poder siempre dar lo mejor. Esto es literal, amor al agua y a la bandera. Es una pasión real el competir con Chile, aunque no lleve alguna remuneración de por medio.

¿Tienes algún referente en el mundo del deporte?

Tengo muchísimos, admiro a grandes nadadoras como Sarah Thomas, Jaimie Monahan, Nora Toledano, son grandes mujeres alrededor del mundo que han ido demostrando que los imposibles no existen. Por supuesto admiro muchísimo a todos los deportistas chilenos por lo que significa realizar y dedicarse al deporte en nuestro país.

¿Hubo algún momento en tu vida donde pensaste en no seguir?

Es habitual, todas las personas, aunque tengamos una pasión, nos cuestionamos en ciertos momentos y sobre todo cuando se ve tan cuesta arriba, cuando la adversidad y la dificultad mayor no es necesariamente el entrenamiento ni lo que implica llegar a posicionarse de igual a igual junto a nadadores al rededor del mundo. Es el cuestionamiento respecto a todo lo que significa obtener los recursos, conseguir el apoyo, es tan a pulso, tan desgastante en ocasiones, el que te consideren como un deportista, que reconozcan tu trayectoria. Eso te hace dudar, yo he aprendido a pura fuera y aguante, y con mucha humildad, que lo que me hace distinta es mi perseverancia y capacidad de sobreponerme a la adversidad.

Tú deporte no es olímpico. ¿Se nota esa diferencia en Chile o recibes la misma ayuda que los deportistas olímpicos?

Como mi deporte no es olímpico no tengo opción alguna de subvención o apoyo de manera estable. El apoyo que obtengo del Mindep es un cantidad de dinero muy acotada, que alcanzaría a costear un solo nado al año, y estoy realizando tres o cuatro carreras internacionales importantes. Lo que hago con todos los apoyos que recibo es cubrir los costos de estas maratones, a postular, porque te seleccionan por tu trayectoria deportiva. Lamentablemente al no ser olímpico, estoy casi en el limbo, pero agradezco toda la ayuda que intentan darme. Espero que para el próximo año se pueda mantener o mejorar.

Instagram

¿Cuál ha sido la prueba más difícil que te ha tocado enfrentar?

Más allá de la adversidad con la que nado, que es lo que me hace continuar, es siempre el tema de la búsqueda de apoyo, el ganarme un lugarcito, en que las autoridades estén dispuestas a creer en mí, que vean que cuando lo hacen no tienen nada de que arrepentirse. Cuando son dificultades propias de los nados, son cosas que aprendes a identificar y para las que tienes que estar entrenada, tanto mental como físicamente. Nadar a contracorriente, el viento, la temperatura del agua, saber lo que significa nadar horas y horas con medusas. Por ejemplo el otro año nado en Molokaʻi, hay tiburones y está en riesgo tu vida. El Canal de la Mancha, el Everest de los nadadores, me demoré 12 horas y era una posibilidad real de no completar el nado debido a la corriente.

“No pienso en el retiro”

Para aquellos que no saben, aparte una piscina, ¿Qué se necesita para practicar este deporte?

La natación en aguas abiertas consiste en nadar en mar, ríos o lagos, en distintas temperaturas, distancias, condiciones ambientales. Es necesario saber nadar, siempre recomiendo aprender en una escuela o piscina. Ahí es tan importante que en Chile tengamos un plan nacional de actividades acuáticas, donde se le pueda enseñar a las personas a relacionarse con este medio que es tan importante para nosotros a nivel país, desde una forma de educar que la natación es un deporte que salva vidas. Es muy importante siempre con las medidas de seguridad, con permisos de la Armada, nadando paralelo a la orilla, en compañía, empezar a aclimatar el cuerpo a estas bajas temperaturas, ya que en mi deporte no nadamos con trajes de neopreno ni ningún tipo de grasa o aislante al frío.

¿Sentiste peligrar tu vida en alguna competencia?

Es un riesgo real y que está en cada uno de los desafíos. Eso me hace una nadadora extrema, distinta del resto. Es motivante porque es una forma de hacer historia pero por sobre todo traspasar lo que significa la natación a muchas personas.

Lograste la triple corona, ¿Qué se viene ahora?

La obtención de la Triple Corona significa mucho para mí. Es un reconocimiento internacional muy importante, soy la primera persona chilena en obtenerlo. Es un orgullo muy grande pero también es mucha responsabilidad, porque hay que seguir motivando a las personas a que se animen y vean esos nados alrededor del mundo, están ahí.

Instagram

¿Qué tienes pensado hacer cuando te retires? ¿Quieres dedicarte a tu profesión o enfocarte en tu disciplina pero desde otra posición?

Ahora regreso al país con los entrenamientos. Si tengo PCR negativo, más la resolución del Mindep y Minsal, podría volver a entrenar pronto y decidir en que carreras del circuito europeo de aguas gélidas puedo competir, y preparar las maratones del próximo año, con mucha más preparación y concentración, que es lo más responsable por hacer. En Hawái, son 47 kilómetros, parte del desafío de los siete océanos. Son 15 horas de natación continua, con presencia de tiburones y mucha fauna marina. Es necesario ir muy fuerte. El otro año tenemos el cruce del Canal del Norte, en Irlanda-Escocia, son 35 kilómetros en aguas muy frías, con medusas.

No pienso en el retiro, la natación es un deporte que me permite seguir activa y seguir nadando hasta el último día de mi vida. Tengo grandes referentes a nivel mundial que siguen entrenando y compitiendo en categorías master, hasta los 80 años compitiendo en Rusia a 0 grados. Yo no me veo lejos de la natación, es mi hogar, es el lugar que más feliz me hace en el mundo. Me veo nadando siempre, me veo también trabajando el deporte en Chile, soy una deportista súper activa y que ama su profesión.