Una polémica situación ocurrió en el evento UFC Vegas 3, en el UFC APEX de Nevada. Resulta que días después de esa velada, comenzó a circular un video donde se veía a un peleador pidiéndole desesperadamente a su entrenador que arrojara la toalla.

Hablamos de Max Rohskopf, de 25 años, quien le suplicó en más de nueve ocasiones a su entrenador, Robert Drysdale, que tirara la toalla al término del segundo round.

Sin embargo, Drysdale hizo caso omiso y rechazó todas las peticiones, instándolo a continuar, pese a que su rival lo estaba castigando.

“Detenla”, dijo el estadounidense en varias ocasiones, pero su entrenador le respondió: “Tenemos esto”, “Puedes vencer a este chico” y “Haremos esto”.

“Ya no quiero hacer esto”, le contestó el malogrado peleador, que ya lucía cortes en su rostro. “¿Seguro que quieres perderlo, Max?”, dijo el coach, a lo que recibió una respuesta afirmativa.

“No. Tenemos esto, Max (…) Tu eres un maldito campeón. Vamos a ir al ‘Clinch’. Termina esta ronda de pie para ir a la decisión, ¿okey?”, le ordenó.

La pelea no duró más allá del segundo round, pues Max no tomó en cuenta a su entrenador y acudió a una de las autoridades de la Comisión Atlética de Nevada (NSAC) para detener el combate.

Tras la viralización del video el director ejecutivo de la NSAC, Bob Bennett, le confirmó a ESPN que investigarán el caso: “Podríamos querer tomar medidas disciplinarias sobre ellos. No parece que (su esquina) estuviera cuidando a su peleador. Obviamente, él no quería salir (a pelear)”.

Por su parte, el cuestionado entrenador se defendió. “Me mantengo firme con lo que hice” y agregó: “Espero excelencia de la gente que entreno porque los amo. Él no estaba gravemente herido y sentí que necesitaba un empujón mental. Esperaría lo mismo de mi entrenador. Volveremos. Max es un campeón”.