El nombre de Martín Vargas es sinónimo de pelea. El ídolo del boxeo nacional, ya con 65 años, evoca en quienes pudieron verlo arriba de los rings los mejores recuerdos del deporte de los puños.

109 combates, 92 victorias y 68 nocauts hacen de la carrera del oriundo de Rahue, Osorno, uno de los deportistas más exitosos de nuestro país.

En entrevista con Radio Bío Bío, Vargas recordó algunos de los pasajes más importantes de su carrera, destacando que su confianza lo llevó a destacar arriba de los cuadriláteros.

“Entrenaba para ser el mejor de los mejores en Chile y lo fui. Por bastantes años luché contra la corriente en mi propio país pero llegué a donde debí haber llegado”, partió relatando el ‘piojo’.

“Yo creo que ningún deportista ha tenido la confianza que tenía yo. Yo entraba a ganar porque confiaba en lo que hacía, en lo que pegaba, por eso noqueaba tanto”, agregó Vargas.

Consultado por la pelea que más recuerda, el retirado pugilista aseguró que fue la del 4 de noviembre de 1978 ante el venezolano Betulio González, entonces campeón mundial de la WBA, quien lo noqueó en el duodécimo asalto.

“Me dolió perder con González, fue el tercer intento por el título mundial. Recuerdo que en esa pelea me quebré ocho dedos de tanto que le pegué, pero el me dejó ciego de un ojo. Yo lo veía y miraba a cuatro tipos que me pegaban”, detalló Vargas.

Sin embargo, para el oriundo de Rahue esa no fue la vez que estuvo más cerca de coronarse a nivel mundial, un título que le fue esquivo en las cuatro ocasiones que lo intentó.

“La primera pelea con Miguel Canto (17 de septiembre de 1977) yo la había ganado. Tengo una foto con el árbitro de esa pelea, que me levantó la mano y me dijo ‘ganaste tú’. Pero el triunfo se lo dieron a Canto porque era el local”, profundizó el retirado boxeador.

ARCHIVO | Agencia UNO
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“A mí me drogaron en Japón”

Otro combate que quedó en la memoria de quienes siguieron la carrera del ‘piojo’, fue la del 1 de junio de 1980 cuando, en su cuarto combate por el título mundial, se inclinó ante el nipón Yoko Gushiken por el título mini mosca.

El duelo se inició a eso de las 06:00 horas de nuestro país y fueron varios los que madrugaron para ver al ‘piojo’ en acción. Lamentablemente, el oriental lo tumbó en el octavo round.

“Yo debí haber sido campeón del mundo en 1980, pero nadie me creyó que en Japón me drogaron”, recalcó Vargas, asegurando que en esa pelea fue vendido por su entonces representante Lucio Hernández.

“Siempre he dicho que no me arrepiento de nada, si pudiera volver el tiempo atrás volvería a ser boxeador. Lo que sí, nunca volvería a firmar con Hernández. Él me robó, me estafó, me vendió en Japón por 200 mil dólares”, detalló el ‘piojo’.

Otros por quienes Vargas guarda cierto rencor, es por la prensa. Según él, varios corresponsales de la época disfrutaban con él luego de sus victorias pero lo humillaban si perdía una pelea.

“Los periodistas fueron malos conmigo, malísimos. Les gustaba ir a las parrilladas de La Reina y lo pasaban el descueve a costillas mías”, enfatizó Martín.

“De las 100 cabezas de pescado que hablaron de mí, 98 son mentira. Si yo hubiese sido un alcohólico, un loco, un drogadicto como decían los periodistas de Santiago, ¿estaría hablando ahora? ¿Me acordaría de las fechas, peleas o nombres de los boxeadores? Tendría que estar internado o muerto si todo lo que hablaban de mí era cierto”, complementó el exboxeador.

Finalmente, Vargas habló sobre la pandemia del coronavirus, la que lo ha llevado a cerrar su academia y enclaustrarse en su domicilio. “Tenemos todo detenido, no se ha podido seguir trabajando y yo estoy encerrado en mi casa. Gracias al IND y la Municipalidad de Maipú estoy dando algunas clases virtuales, pero no es lo mismo”.

“Me siento orgulloso de lo que hice en el boxeo, soy un hombre feliz, sincero, digo las como son y no ando con estupideces para decir las cosas”, cerró el otrora pugilista.