Hace 22 años Chile conoció a Salo luna. La noche del 26 de julio de 1997, él junto a Tobías Müller decidieron escapar de Colonia Dignidad, donde fueron víctima de los abusos de Paul Schäfer, fundador del enclave alemán.

En ese entonces Salo tenía 18 años y su amigo 23. Tras escaparse, denunció al mundo los hechos que se cometían allí y se transformó en un ícono en la lucha contra los jerarcas de Colonia Dignidad.

Después de huir, Salo rehizo su vida y explotó su faceta de cantante, además de enfocarse en el deporte, siendo integrante de la selección de voleibol de San Carlos.

Hoy, divide sus pasiones con la labor social, pues es encargado de la oficina de deportes de la municipalidad de San Fabián.

En conversación con BioBioChile, Salo nos contó su vida y reflotó un tema que nunca debió dejarse en el olvido en nuestro país.

“Fui integrante de la selección de San Carlos, fui parte de la directiva, pertenecí a la selección de voleibol. Ahora por trabajo, como me desempeño en la municipalidad de San Fabián, se me hace súper difícil participar, pero en la parte de gestión colaboro harto con ellos”, afirmó.

¿Cómo llegó al mundo del deporte?

Siempre fui deportista, desde que estudiaba. Pertenecí a equipos de atletismo y en la enseñanza media me apasionó el voleibol y en fútbol era arquero. Siempre competí. Representé a San Carlos en voleibol playa, en duplas.

¿Sientes que el deporte cambió su vida?

El deporte estuvo presente en mí en todo momento, en la vida me tocó pasar por momentos muy complicados, siempre ese tipo de disciplinas te ayudan muchísimo a soslayar más que todo procesos que son duros. Nunca permití que lo que viví en Colonia Dignidad se convirtiera en un trauma para mí. Si me preguntan si eso cambió mi vida, no, no fue así, porque mi vida nunca se vio tan traumatizada por los eventos que viví allá.

¿Qué le parece la Colonia en la actualidad, al mando de los colonos? Se está tratando de dejar atrás la imagen de Paul Schäfer para enfocarse en el turismo y gastronomía.

Hoy en día la visión que se tiene de la actual administración de Colonia Dignidad es totalmente facilista o liviana. Por ejemplo nosotros seguimos un proceso judicial con los actuales administradores… para mí no es más que una fachada. Sí, reconozco que hay algunos colonos que están trabajando, intentando aportar, pero en la cúpula, que es Villa Baviera, siguen siendo los hijos o nietos de los grandes jerarcas y culpables que apoyaron a Paul Schäfer, grandes delincuentes que fallecieron algunos en la cárcel.

Hace un tiempo se estrenó la película Colonia, que relata parte de los hechos que ocurrieron en esos años en Colonia Dignidad. ¿Qué le pareció?

Lo más destacable de la película fue poner nuevamente el tema en la palestra nuevamente. En Berlín me tocó exponer en colegios lo que uno vivió, cuando fui abusado, y habían generaciones de jóvenes alemanes, que sus papás o son alemanes o sus mamás son chilenas, colegios hispano bilingües, y ellos no tenían idea de lo que había ocurrido en Colonia Dignidad y que todavía sigue existiendo.

Si bien Paul Schäfer murió pero todavía hay anomalías que no se han soslayado con a actual administración de Colonia Dignidad. La película ayudó a poner el tema en la palestra, poner nuevamente en tela de juicio a los gobiernos que han pasado, sin tener un color político, porque colonia dignidad es como apolítica, porque involucró a la derecha e izquierda.

¿Vale la pena volver a reflotar colonia dignidad?

En toda sociedad, cuando ocurren este tipo de hechos, delitos tan extremos. Porque acá el tema de los abusos deshonestos o violaciones fue un tema, también hay muchas cosas por esclarecer, por ejemplo gente que desapareció en Colonia Dignidad durante la dictadura militar, evasión tributaria, tráfico de órganos, incluso experimento con armas químicas.

Lo más importante es nunca olvidar, porque en la medida en que las sociedades olvidan, se puede repetir la misma historia.