Entre el próximo 18 y 22 de agosto se llevará a cabo la prueba París-Brest-París, en Francia, considerada una de las competencias más exigentes del mundo en la disciplina del ciclismo.

Y esta versión 2019 será especial para Chile, ya que por primera vez en sus casi 130 años de historia, un aficionado nacional competirá en ella. ¿Su misión? Recorrer 1200 kilómetros de distancia, ida y vuelta, entre ambas ciudades galas en un crono de 84 horas.

El encargado de representar a Chile será el deportista aficionado Carlos Castillo, cientista político de 26 años quien hasta hace unos meses se desempeñaba en ONU Mujeres, en su oficina en Santiago. En septiembre pasado decidió renunciar para dedicarse un año completo a entrenar, convirtiéndose en el primer ciclista local en inscribirse.

“Hace tres años comencé a meterme más en el ultraciclismo, que es competencia de alta distancia, y me gustó mucho porque son pruebas que desafían tu mente y tu cuerpo. Primero partí con una prueba de 200 kilómetros y ahí fui subiendo hasta 300, 400, 600 y así me propuse llegar a la de 1200 km. Me tomé un año para preparar y quiero ser el primer chileno en lograrlo”, explicó Castillo.

A solo horas de su partida, el joven de 26 años también vivió un lamentable episodio con el robo de su bicicleta, la que fue sustraída desde su domicilio en La Reina el pasado domingo. Al tratarse de un equipo especializado -Ridley Helium X-, aficionados del ciclismo pudieron detectarla, lo que ha sido investigado esta semana por Carabineros y la PDI.

En ese sentido, gracias a la ayuda de amigos, familiares y una marca, Castillo logró reunir los fondos para reemplazar la bicicleta y viajar de todos modos a representar a Chile a París.

Apoyo deportivo

La competición -abierta a ciclistas que no sean profesionales y que se realiza cada cuatro años- implica cumplir con la ruta que inicia en París y llega hasta la ciudad Brest, en la costa occidental del país, para luego regresar a la capital francesa. Cada participante decide dónde y cuánto dormir para recuperarse y continuar.

“Uno hace su propio itinerario y avanza a su ritmo, a una velocidad promedio de 25 kilómetros por hora”, detalló Castillo, quien entrena seis días a la semana, en paralelo a un trabajo como repartidor en una empresa de mensajería en su bicicleta. Para lograr inscribirse en la prueba, un requisito indispensable fue haber completado en el mismo año una serie de etapas de ruta de 200, 300, 400 y 600 kms.

La última vez que se realizó esta competición fue en agosto de 2015, donde participaron 5915 deportistas, de los cuales 4610 lograron finalizar. Este año ya hay más de seis mil inscritos.

Para financiar su ida a Francia, Castillo creó un crowdfunding que continúa abierto para completar un millón de pesos. Estos fondos le permitirán pagar el traslado hasta Francia junto a su bicicleta y resto del equipo. “Una empresa me ha hecho dos tricotas, una para practicar y una para la prueba, un taller me esta apoyando con mantención y descuentos en productos, además de otras empresas que han puesto recursos”, cuenta.

El deportista también ha logrado apoyo de algunas empresas. Víctor Avio, de Mikrobio -una de las empresas que patrocina a Castillo-, aseguró que “es momento de hacer negocios desde otra mirada, una que dé sentido a cómo se generan los recursos”.

“Nuestro objetivo es ser un aporte y sabemos que Carlos está siendo un aporte, haciendo patria en Francia, por primera vez con un chileno inscrito. Para ser un aporte no se necesitan grandes inversiones, sino que las ganas reales de querer hacerlo. Esto muchas veces queda en el papel”, sentenció Avio.