Una manifestación que dio la vuelta al mundo. Eso protagonizó el pasado domingo el nadador australiano Mack Horton, en el marco del Mundial que se está desarrollando en Corea del Sur.

Horton, que se colgó la presea de plata en los 400 metros estilo libre de la piscina de Gwangju, decidió ‘plantarse’ contra la organización y expresar su malestar contra quien se quedó con el oro, el chino Sun Yang.

¿El motivo? A juicio de Horton, Sun no debería estar compitiendo luego de su grave -y grosera- reacción a un control antidopaje sorpresa del año pasado, en el que acabó rompiendo con un martillo una muestra de sangre.

Pese al anterior incidente, la FINA decidió -inexplicablemente- no sancionar a Sun, desatando la furia de Horton y otros competidores.

Por lo mismo, en el evento más importante de la disciplina Horton llevó a cabo su protesta: no quiso compartir podio con su rival durante la ceremonia de entrega de medallas.

Horton tampoco quiso posar junto a Sun para los reporteros gráficos, y dejó una distancia ostensible entre él y el chino para las pocas postales que pudieron captarse.

Consignemos que, pese a que no fue castigado por su federación, Sun Yang deberá declarar en septiembre ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) luego de que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) apelara la decisión de la FINA.