La historia de Marlene Ahrens en el deporte nacional tiene varias historias que contrar. La primera mujer en lograr una medalla olímpica para Chile luchó contra el machismo y prefirió retirarse por una lamentable situación.

En 1956, en las Olimpiadas de Melbourne, Ahrens inscribió su nombre para siempre en la historia del deporte chileno tras lograr la plata con los 50,38 metros que alcanzó su lanzamiento de jabalina.

Además, la exitosa atleta consiguió oro en el Sudamericano de Santiago de 1956, Montevideo 1958, Lima 1961 y Cali 1963. Repitió la presea dorada en los Panamericanos de Chicago 1959, Sao Paulo 63 y en el Iberoamericano de Madrid en 1962.

La penquista estaba destinada a triunfar en el deporte. Prueba de aquello es el increíble accidente en el que una lanza la dañó una de sus piernas. La atleta se salvó solamente porque la jabalina cruzó justo entre dos tendones.

“Yo estaba en mi mejor momento deportivo cuando mi carrera como atleta llegó a su final. Y todo porque paré en seco a un dirigente por lo que hoy sería catalogado como acoso sexual. Fui a hablar con el presidente del Comité Olímpico para estampar mi reclamo, porque dos atletas más habían sido molestadas por este personero. Y resulta que en esa reunión me pidieron que me callara, porque si hacía pública la denuncia sería muy grave para el olimpismo. Eso me costó no ir a Tokio, que me suspendieran y me prohibieran apelar”, reveló décadas más tarde Marlene Ahrens, según consigna Emol.

Tras su retiro del atletismo, la chilena se dedicó al tenis y en 1967 ganó el Torneo de Chile en dobles mixtos con Omar Pabst. Mas tarde, en 1979, entró a la equitación.

En el 2012 se retiró de la equitación y a partir de ahí realiza la actividad de forma recreativa. Formó parte del Comité Olímpico chileno y en la última década ha recibido merecidos homenajes por su contribución al deportes nacional.