De conocimiento popular es que en nuestro país existen disciplinas que aún cuando le han otorgado inmensos reconocimiento a Chile y lo han posicionado en la orbe mundial, solo quedan allí: en las cuatro paredes de quienes lo practican.

En esta categoría entra el Wushu, una especie de arte marcial que muchas veces se confunde con el Kung Fú, pero que a diferencia de este última, su fuerte es lo netamente deportivo.

Desde los cimientos:

La historia del Wushu en nuestro país comienza así. Corría la década de los 90’ y la disciplina que se divide en ‘Talou’ -rutinas ejecutadas de forma individual o grupal y con o sin uso el de armas deportivas- y el ‘Sanda’ -boxeo chino que incluye proyecciones, técnicas de puño, patadas, destreza y estrategia, asomó con fuerza en tierras nacionales.

Si bien en un comienzo eran pocos los que entendían de qué se trataba este deporte, dado que como bien se señaló éste se confundía cotidianamente con el Kung Fú, los profesores de la época fueron pilares fundamentales al traer rutinas modernas de competición desde oriente y cautivar a los escépticos que poco a poco se fueron adentrando en este nuevo mundo.

“Algunos profesores fueron pioneros en traer las rutinas modernas de competición y desmarcarse del kung fu tradicional que era muy popular en esos tiempos”, indicó Elizette Toledo, exponente de la disciplina a BioBioChile.

Fue así como la demanda fue creciendo exponencialmente y en el año 2003 surgió la necesidad de crear una organización que velase por los intereses de sus deportistas. Ello dio vida a la Federación Chilena de Wushu, ente que en el año 2005 fue reconocido y aceptado a nivel mundial.

“Hoy la Federación Chilena de Wushu es la única entidad afiliada y cuyos socios pueden acceder a eventos de carácter internacional oficiales. Gracias a esto podemos formar parte de WorldGames, Juegos Bolivarianos, AsianGames y recientemente de las Universiadas de Taipei”, agregó.

Y esta fue todo un acierto., ya que no solo se ha encargado de la organización de torneos nacionales, sino que también de la educación y formación de atletas y jueces que luchen día a día por continuar profesionalizando este deporte.

“La Federación patrocina 3 campeonatos nacionales, con todas las modalidades de competencia, así como un campeonato junior que lleva ya 5 versiones y que está especialmente enfocado a las nuevas generaciones con el objetivo de que el deporte siga creciendo y exista el recambio de atletas”, mencionó Toledo.

Precisamente una de ellas es la propia Toledo, quien se encontró con esta disciplina hace algunos años atrás y se enamoró tanto de ella que la hizo parte de su vida.

Yo he tomado el crecimiento y avance como un desafío personal, ya que los atletas necesitan y merecen un sistema de evaluación profesional, serio, responsable e imparcial. Para esto llevo trabajando en la mesa de jueces 8 años”, señaló.

Agregando que “actualmente soy la única jueza con certificación internacional que existe en Chile y la única que ha arbitrado un mundial, ya que asistí recientemente al 14th “World Wushu Championship de Kazan, Rusia”.

Cedida | Elizette Toledo
Cedida | Elizette Toledo

Eso sí, Toledo no es la única que sobresale en esta emergente disciplina. Ariel Mancilla, un osornino que emigró a Brasil para perfeccionarse, y Héctor Toledo, entrenador certificado por la IWUF de Taolu y seleccionado nacional desde 2011, han destacado cada vez que les ha tocado representar a nuestro país.

Prueba de ellos son los distintos podios y títulos que suman a su haber, entre los que destacan una medalla de oro en Panamericano de México 2012, medalla de plata en WorldGames de Cali 2013, Top Ten Mundial en Indonesia 2015 y actual campeonato Panamericano en Gunshu USA 2016, por parte de Mancilla.

A su vez, Héctor Toledo ostenta un 5° lugar en el Sudamericano de Paraguay 2015, así como una medalla de bronce en Gunshu y una de oro en KwanDao del Sudamericano Uruguay 2017.

Cedida | Elizette Toledo
Cedida | Elizette Toledo

Pese a esto, ni Toledo ni Mancilla han quedado ajenos a las dificultades que deben pasar quienes practican disciplinas que se salen de las comunes: el financiamiento.

Pese a que el Comité Olímpico Internacional reconoció al Wushu como una disciplina olímpica, nuestro país no ha estado a la altura de la situación, gatillando que el tema monetario sea nuevamente la bestia negra de nuestros deportistas.

“En Chile no ha sido posible afiliarse al Comité Olímpico Chileno, debido a que sus estatutos impiden que ingresen más disciplinas no olímpicas”, complementó la jueza.

Esto impediría que los nacionales pudiesen optar a becas como el Proddar, ser parte del Team Chile, hacer uso de recintos deportivos para entrenar, así como también de acceder a viáticos, apoyo económico para los viajes, equipos e implementación deportiva, lo cual obviamente, hace todo un tanto más difícil.

Sin embargo, aún ante esta condición tan adversa, el Wushu chileno está creciendo tal como en los otros deportes, gracias a quienes no se asustan ni angustian por estas condiciones.

“Hoy podemos contar con orgullo que existen atletas que han representado a Chile con excelentes resultados en eventos de índole continental y mundial”.

Cedida | Elizette Toledo
Cedida | Elizette Toledo

Por ahora, en la mente de Elizette Toledo y compañía solo prima el deseo de continuar promoviendo el Wushu en todos sus sectores, así como el de ayudar a Constanza Vásquez, Tomás Silva, Benjamín Quiroga, Ignacio Vásquez e Ignacia Aranda, actuales campeones sudamericanos y futuras promesas del deporte, para que continúen luchando en la odisea por representar a Chile en el Mundial Junior de 2018.

“Nuestro desafío es seguir difundiendo, promoviendo el Wushu en todos los niveles. Incorporarlo a los colegios, universidades y sobre todo, trabajar para que las siguientes generaciones no se encuentren con los mismos obstáculos que nosotros”, sentenció.