El piloto nacional de Quads, Ignacio Casale, vaticinó lo que será para él su octava participación en un Rally Dakar. Esta vez, Paraguay, Bolivia y Argentina lo verán disputar una extenuante prueba de 9 mil kilómetros.

Casale se refirió a las emociones que influyen dentro de una competencia de este tipo, sentimientos que lo hicieron sufrir un duro revés en el Dakar de este año.

“La frustración, la ansiedad, la rabia, la impotencia. Emociones que me han llevado a cometer errores y me han impedido terminar los últimos dos Dakar. Este año iba primero hasta el sexto día de carrera y fundí el motor. Arribé a la meta remolcado por otro piloto. Quedé en el lugar catorce. Llegué al campamento bloqueado, con una sensación de rabie e impotencia porque sentí que la vida estaba siendo muy injusta conmigo” dijo.

Al respecto, el nacional aclaró que preparó durante todo el 2016 con su psicólogo deportivo, ya que no quiere repetir los mismos accidentes que sufrió en competencias pasadas.

“Es exactamente lo que me pasaba. Hice un cambio drástico en mi actitud ante la adversidad. Me aburrí de tener que pagar cuentas en las clínicas, de estar en cama en verano o estar enyesado tres meses. Lo he trabajado durante todo el año con mi psicólogo deportivo, porque no quiero que mi familia me traiga del Dakar en un cajón. Para este Dakar decidió competir conmigo mismo, quiero sorprenderme. Mi cabeza es mi seguro de vida. No puedo solo enfocarme en ganar y ganar. Me frustraba siendo seguro o tercero y eso no puede ser”, sentenció.

En conversación con La Segunda, el piloto agregó que jamás ha pensado en retirarse, ya que su vida son las motos.

“He dado mi vida por las motos. Terminé el colegio con promedio 5, no terminé ninguna carrera en la universidad. Es una pasión. Cada vez que me subo a mi cuadriciclo me da una sensación de plenitud única. Es tan fuerte que los accidentes los tomo con una alarma que te da la vida, como un cachetazo para cambiar mi actitud”, cerró.