Noche de terror, vergüenza y barbarie, todo menos fútbol en el estadio Libertadores de América en Avellaneda. Graves incidentes obligaron a la suspensión del partido entre Independiente y Universidad de Chile. Allí un grupo reducido de hinchas de La U, ubicados en la Tribuna Pavoni Alta, inició los actos de violencia al robar una bandera de la parcialidad local.
Este hecho desencadenó una reacción inmediata. La barra brava de Independiente corrió hacia el sector, pero se encontró con que el portón que separa a ambas hinchadas permanecía cerrado. La tensión escaló rápidamente mientras los visitantes, lejos de calmarse, intensificaron sus acciones agresivas.
Los relatores de Radio La Red describieron que los seguidores de La U no solo arrancaron y lanzaron butacas, sino que también prendieron fuego a objetos y arrojaron bombas de estruendo y botellas contra los simpatizantes de Independiente, quienes se ubicaban en la parte baja de la tribuna. La voz del estadio ordenó en vano el retiro de los visitantes.
Pese a las amenazas de posibles sanciones por parte de la organización, el grupo violento no acató las órdenes. En su lugar, violentaron un cuarto de elementos de limpieza y comenzaron a usar esos objetos como proyectiles contra los locales, lo que forzó a muchos a abandonar su sector con heridas de consideración.
En este contexto, asistentes trasandinos captaron cómo un hincha de la Universidad de Chile precipita desde la galería superior, en medio del brutal linchamiento a una decena de simpatizantes azules.
Hinchas de Independiente “masacran” a hinchas de La U
Radio La Red destacó que la policía no intervino para controlar la situación en su momento crítico. Según la información manejada por la emisora, la Conmebol había ordenado que las fuerzas de seguridad no ingresaran a ese sector específico, que quedó bajo la responsabilidad de unos pocos hombres de seguridad privada.
El equipo de crisis de la Conmebol se reunió de urgencia en Avellaneda para evaluar la continuidad del cotejo. Mientras tanto, la transmisión reveló que la policía finalmente comenzó a echar a los hinchas visitantes del estadio. El partido, que ya había sufrido dos interrupciones al inicio del segundo tiempo, se suspendió de manera provisional por 20 minutos. Luego de eso, el ente rector del fútbol sudamericano suspendió de forma definitiva el encuentro.
Los relatores expresaron su perplejidad ante la escena que se desarrollaba. “La policía. ¿Dónde está? No“, cuestionó uno de los periodistas al observar la pasividad inicial. La falta de un operativo de seguridad robusto se hizo evidente en cada descripción, pintando un panorama de descontrol absoluto.
Un hecho crucial que agravó la situación, según la narración, fue que “alguien le abrió la puerta a la barra Independiente“. Este acto permitió el ingreso de los hinchas locales al sector visitante, lo que la radio calificó como un intento de “tomar venganza” y que derivó en una confrontación directa, calificada por otros medios argentinos como “masacre”.