Diego Poyet, hijo de Gustavo, acaparó miradas luego de ser expulsado el pasado miércoles en el triunfo de Universidad Católica sobre Nacional de Uruguay por Copa Libertadores.

El asistente del DT cruzado protagonizó un entrevero con Andrés D’Alessandro al intentar atrasar el reinicio del juego tras un lateral reteniendo una pelota, razón por la que recibió la cartulina roja.

“Lo de D’Alessandro fue un mal entendido. Pensé que el lateral era para nosotros porque fue lo que dio el árbitro y le explicaba eso. Me quedé tranquilo porque me expulsaron a mí y no perjudiqué en nada a Nacional”, aseguró a Sport 890 de Uruguay.

Consultado por la victoria, Diego comentó que “estábamos en una racha mala, y en un club como la UC hace crecer la presión. Necesitábamos de este triunfo por Copa”.

Francisco Longa | Agencia UNO

“Estaba mal de la cabeza”

Pero no solo por la expulsión ha destacada el hijo del técnico de ‘La Franja’. Su vistoso físico no ha pasado desapercibido y, al citado medio, entregó detalles de su brutal cambio en los últimos años.

“Fui capitán en el sub 16 y sub 17 de Inglaterra. Después de tener peritonitis nunca más me convocaron y hasta diría que me dejaron tirado. Pero igual Gareth Southgate me convocó a la sub 20 de Inglaterra”, partió recordando Diego.

“Ahí me llamó Fabián Coito (Sub 20 de Uruguay) y en mi club, el West Ham, me dijeron que podía jugar en Inglaterra pero no en Uruguay. Por suerte la Selección uruguaya clasificó al Mundial y ahí fui”, añadió Poyet hijo.

En 2017, luego de más diferencia con el West Ham, llegó a Godoy Cruz de Argentina y ahí empezó su calvario.

“Cuando estaba en Godoy Cruz no podía jugar por el tema de los cupos de extranjeros. El club conmigo, todo bien, pero fueron los peores ocho o diez meses de mi vida. La empecé a pasar mal en todo, no era que la pasaba mal entrenando. También en la casa. Decir que estaba deprimido es una palabra muy fuerte, creo que no llegué a ese extremo”, detalló Diego.

“Ahí fue cuando de a poquito empecé a ir al gimnasio, como no tenía nada que hacer, para pasar tiempo, para hacer algo, estaba mal de la cabeza. Y ahí me empezó a gustar de a poquito el gimnasio”, complementó el asistente del DT de la UC.

Por último, Poyet hijo indicó que “en Chipre (donde jugó en el Pafos) también, iba al gimnasio todas las tardes y estaba solo. Siempre trataba de mejorar de alguna forma para sacar ventaja en el fútbol y no me di cuenta de que el gimnasio me gustó más, más y más y llegó el momento de la decisión que tomé. Estudié nutrición, esto, lo otro y acá estoy”.