El silencio habitual del Chena fue roto por el sonido de las balas de los militares que en perfecta formación dispararon contra un pequeño grupo de obreros, que cayeron en poses grotescas con sus ojos vendados, acusados de delitos que nunca fueron probados. Muy cerca de ahí, la ANFP pretende construir un nuevo centro de entrenamiento para la Roja.

Era 1973 y lo que era un paraje habitual de esparcimiento para los sanbernardinos, especialmente los primeros días de octubre cuando se celebraba el “18 chico”, se transformó en un mudo testigo de los horrores vividos durante la dictadura cívico-militar.

Dicho lugar era originalmente una hacienda propiedad de la familia García de la Huerta, sin embargo había pasado a manos del Ejército luego que sus dueños les donaran el predio en medio de la Reforma Agraria.

Allí se instaló el Cuartel N° II de la Sección de Inteligencia de la Escuela de Infantería de San Bernardo, conocido como Casas Viejas de Chena, lugar en donde más de quinientas personas estuvieron prisioneras tras el golpe de Estado, de las cuales un centenar finalmente perdió la vida.

Una de las atrocidades más recordadas es precisamente el fusilamiento de 18 detenidos, incluido Héctor Hernández Garcés, un liceano de 17 años, quienes fueron abatidos un 6 de octubre de 1973.

La mayoría de los detenidos era mantenidos en la “casa de techo rojo”. Entre ellos habían estudiantes, campesinos y trabajadores de la Maestranza San Bernardo de Ferrocarriles.

Otros también fueron llevados a la “escuelita”, otra construcción que aún es posible ver al interior del recinto militar.

Los cien muertos

Según datos judiciales, 598 personas, entre hombres y mujeres, pasaron por ese centro de exterminio. 100 no sobrevivieron, incluyendo un nonato, el bebé que una mujer perdió durante las torturas que sufrió luego de ir a preguntar por su esposo al recinto militar.

Ante las denuncias de lo que estaba sucediendo ahí, la Cruz Roja internacional llegó para verificar el estado de los prisioneros, pero el director, Leonel Koenig decidió moverlos y ocultarlos en la loma de Cerro Chena, donde existía una casa donde precisamente practicaban tiro los viejos ferroviarios, un granero de importantes dimensiones.

El recinto funcionó casi un año, hasta fines del 74, como centro de detención y tortura. Y muchos de los asesinados, sus restos fueron a dar al Patio 29 del Cementerio General.

Casas Viejas de Chena | Consejo de Monumentos Nacionales

De acuerdo a la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, conocida como Comisión Rettig, “se alcanzó la convicción de que todas las víctimas fueron ejecutadas al margen de todo proceso por agentes del Estado”.

La Corporación Memorial Cerro Chena, formada por familiares y sobrevivientes del recinto de detención, detalla que de los cien fallecidos, 60 fueron ejecutados y 40 aún se cuentan como detenidos desaparecidos.

Las atrocidades en el Chena

Parte de las atrocidades relatadas en los expedientes señalan que algunos fueron sometidos a descargas eléctricas, a otros les arrancaron las orejas, hubo violaciones masivas, mientras que a otros se les amarraba a los árboles con los ojos vendados para hacerles creer que iban a ser fusilados.

Entre los militares que fueron investigados por la justicia, se cuentan al director del recinto, coronel Leonel Koenig; además de Pedro Montalva Calvo, quien luego fue director de Gendarmería; Andrés Magaña Bau, Sergio Rodríguez Raucher y Alfonso Faúndez Norambuena, Sergio Avila Quiroga y Víctor Pinto Pérez, condenado por el crimen de Tucapel Jiménez.

Muchos de ellos eran oriundos de San Bernardo, algunos incluso siguen viviendo allí, por lo que los familiares de las víctimas muchas veces se los cruzan en las calles céntricas de la comuna.

Por ejemplo, el fallo en primera instancia que condenó a Faúndez Norambuena y a Pedro Pablo Montabone por el secuestro calificado de Franklin Antonio Valdés Valdés, el día 4 de octubre de 1973, detalla parte de lo que los prisioneros sufrían a manos de los militares.

Un testigo aseguró en la causa que Valdés, quien trabajaba como Administrador General en el hospital El Pino, fue interrogado por supuestas armas que estaban supuestamente ocultas al interior del sanatorio. Pero ante a sus respuestas negativas, fue sumergido en un tambor con agua y golpeado en el pecho.

Un día alguien sacó a Franklin Valdés del lugar, diciéndole “vamos a dar un paseo” y nunca más supo de él. Sin embargo, un médico del hospital logró que uno de los militares a los que atendía le confesara que “se había quedado en el interrogatorio”.

“Los hechos establecidos en autos, a juicio de esta sentenciadora, son constitutivos de un crimen de lesa humanidad”, dice el fallo de la ministra en visita extraordinaria Marianela Cifuentes, de la Corte de Apelaciones de San Miguel.

Las fosas clandestinas

Mónica Monsalves, hija de Adiel Monsalves, dirigente sindical y militante del Partido Comunista que fue asesinado ese 6 de octubre de 1973, es quien lidera la Corporación Memorial Cerro Chena.

En diálogo con BioBioChile, reconoce que están alertas ante el proyecto para construir un centro de entrenamiento para la Selección Nacional, por el temor de que sean encontrados restos óseos sin las debidas medidas de resguardo que permitan su identificación.

Como antecedente, relata que en enero de 2001 la jueza Cecilia Flores Sanhueza dio con dos fosas clandestinas a un costado de la “casa del techo rojo”, encontrando solamente fragmentos óseos que dejaron producto de la Operación Retiro de Televisores montada por la dictadura para remover restos de detenidos enterrados para arrojarlos al mar.

ARCHIVO | Ailen Díaz | Agencia UNO

Según detalla, los agentes de los organismos de inteligencia de la dictadura no fueron tan prolijos y dejaron fragmentos pequeños como falanges de dedos y dientes, lográndose confirmar que ahí habían sepultado a prisioneros que habían estado en cautiverio en el cuartel militar.

Sin embargo, las dos fosas fueron borradas durante las obras de construcción de la Ruta 5, algo que temen pueda suceder si es que hay nuevos hallazgos.

“Nosotros hemos querido resguardar y mantener ese lugar para dos cosas, primero por la investigación judicial y segundo, y lo más importante, es que gracias a estas investigaciones judiciales no perdemos la esperanza de seguir encontrando a los 29 detenidos que aún se mantienen desaparecidos en la Provincia del Maipo”, afirma.

“No los queremos encontrar así”

“Si nosotros en 2002 encontramos dos fosas, es muy probable que en Chena se sigan encontrando restos y por eso nosotros hemos estado permanentemente alertas”, añade.

Por lo mismo, sostienen que la noticia “nos cayó como balde de agua fría, una nueva afrenta a la memoria de quienes fueron asesinados ahí, y a los familiares y sobrevivientes”.

“Ellos ahora saben que a metros hay un sitio de memoria, pero no saben de las osamentas o las posibles fosas clandestinas que puedan haber aún en esos terrenos. Sin considerar que posiblemente si se llegaran a encontrar restos u osamentas en las excavaciones, qué va a suceder con el lugar, se van a tener que detener las obras y va a ser un dolor tremendo para los familiares que hemos buscado por 47 años”, lamenta Monsalves.

“No los queremos encontrar de esta forma, los queremos encontrar con una investigación que se siga desarrollando normalmente al interior del Chena, no queremos encontrar a nuestros familiares porque se está excavando porque se va a construir encima de ellos una cancha”, cuestiona.

Y la posibilidad es muy cierta. Incluso, en 2002, un ciclista que recorría el cerro junto a otros amigos cayó a un hoyo de un metro en donde encontraron las osamentas de un cuerpo casi completo maniatado con alambres, en un lugar donde no se había considerado la posibilidad de encontrar restos humanos de detenidos desaparecidos.

Enviaron carta a los seleccionados

En medio de sus intentos por visibilizar lo que sucede, organizaciones de Derechos Humanos envió una carta a los jugadores de la Selección.

“Es posible que ellos no estén al tanto de que podrían llegar al lado de un lugar tan horroroso para la comuna como lo es Chena”, dice.

“Leer los expedientes, leer cómo mataron a nuestros padres, cómo los torturaron, cómo fueron fusilados y la manera que fueron encontrados en el Servicio Médico Legal, es horroroso y por eso nosotros tenemos la convicción de seguir luchando porque esos lugares permanezcan vivos y presentes para ese “nunca más” que tanto se habla”, agrega.

“No queremos un memorial como alguien por ahí dijo para ir a llorar. No, queremos un memorial donde podamos ir con nuestros nietos y contarles la historia, no sólo de dolor, sino también de esperanza para que nunca más ningún hijo viva lo que nosotros hemos vivido hasta el día de hoy, que nunca más un hijo nuestro se ponga en el pecho la foto de un familiar”, relata emocionada.

Un anuncio con polémica

Recordemos que la polémica se originó el pasado miércoles luego que se realizara la presentación del terreno que aparece como primera opción para el nuevo complejo “Juan Pinto Durán”, en una actividad que contó con la presencia del presidente de la ANFP, Pablo Milad; la ministra del Deporte, Cecilia Pérez; y el ministro de Bienes Nacionales, Julio Isamit.

Este sitio de 17 hectáreas se ubica a los pies del Cerro Chena, a un costado de la Ruta 5 Sur, predio que sería entregado en comodato oneroso, es decir, el ente rector del fútbol chileno deberá pagar un monto por usarlo.

Mapa del Cerro Chena | Ministerio de Bienes Nacionales

La idea es que la ANFP presente un proyecto que involucre la construcción de canchas que puedan a la vez ser utilizadas para actividades deportivas de la comuna.

No obstante, la actividad fue interrumpida por una manifestación organizada precisamente por la Corporación Memorial Cerro Chena.

El “desmarque” del Ministerio de Defensa

Pero lejos de acabar las controversias, el Ministerio de Defensa levantó otra polémica tras un comunicado de prensa en donde aseguró que “no hay ningún proyecto presentado, conversado, coordinado o analizado ni por el Ministerio de Defensa ni por el Ejército de Chile, el cual no ha sido notificado de esta propuesta”.

La declaración causó extrañeza y molestia al interior del Gobierno, dado que además se dio justo cuando Mario Desbordes abandonó su cargo como ministro.

De hecho, la pauta del anuncio se hizo al interior del predio militar, a metros de unas carpas de campaña y unos morteros utilizados en el entrenamiento de reclutas.

Consultados al respecto, desde el Ministerio de Bienes Nacionales aseguraron que en el terreno que se está evaluando para el futuro Juan Pinto Durán no hay edificaciones donde se hayan registrado violaciones a los Derechos Humanos, como la casa “techo rojo”.

De hecho, aseguran que este edificio está contemplado dentro de la construcción de la etapa dos del Parque Metropolitano, donde se contempla un memorial “para rescatar la historia de este lugar y para sus familiares”.

Pero además, aseveraron que “en caso de hallarse osamentas o vestigios arqueológicos, se debe respetar la normativa que establece los procedimientos según el cual deben intervenir distintos organismos públicos tales como el Consejo de Monumentos Nacionales y el Servicio Médico Legal”.

Desde la ANFP, en tanto, prefirieron desligarse del asunto, asegurando escuetamente que no se referirán al tema puesto que a juicio del organismo, se trata de un “problema entre ministerios”.

Afirman que a ellos les ofrecieron el Cerro Chena y están a la espera de los trámites para adquirir el terreno.

El sueño de Riera

La idea de un complejo deportivo para la Roja no es reciente y de hecho es necesario viajar muchos años para encontrar los primeros antecedentes.

Fernando Riera fue el primer entrenador que intentó profesionalizar la actividad deportiva para la selección de fútbol y a petición suya se construyó el centro de entrenamiento Juan Pinto Durán como espacio físico que conocemos por estos días.

El entrenador, que posteriormente iba a lograr el histórico tercer lugar en el Mundial de 1962, quería un lugar más profesional para preparar al equipo pensando en la cita planetaria. El deseo de Riera se cumplió entre el terremoto de 1960 y el Mundial del 62’.

ARCHIVO | Mario Davila | Agencia UNO

Otro de los entrenadores que se destacó por dar el “próximo paso” en la profesionalización fue Marcelo Bielsa. El argentino pidió renovar estructuras, mejorar las canchas, instalar habitaciones, nuevas salas de trabajo, modernizar el gimnasio, entre otras cosas. Y hasta el argentino estuvo un tiempo viviendo en el complejo deportivo.

Se estima que la inversión en Pinto Durán mientras estuvo el rosarino en la selección fue cercana a un millón de dólares y según revelaron, parte del dinero para esa remodelación salió del propio trabajo que hizo el actual entrenador del Leeds United dando charlas a lo largo de Chile.

Marcelo Bielsa se fue de la selección nacional en febrero de 2011, hace casi 10 años, y desde entonces el mundo del fútbol se ha profesionalizado aún más.

El reclamo de los seleccionados de élite

Los jugadores que juegan hace años en el extranjero conocen otras realidades como las comodidades que tienen en sus clubes y las facilidades para dedicarse exclusivamente a practicar el deporte por el que son evaluados.

Si se mira en los casos de las selecciones de Sudamérica, varias ya tienen complejos de primer nivel -Argentina y Brasil, por ejemplo- y en otros casos se han preocupado de mantenerlo actualizado según las condiciones de la industria mundial.

Ya en 2015 el arquero Claudio Bravo dejó en claro las malas condiciones del complejo de entrenamiento de la selección chilena. “Tenemos dos canchas de fútbol, hay ocho duchas y de las ocho, funcionan tres. Si queremos crecer, se debe mejorar, porque en el futuro tienen que tener buenas habitaciones, no pedimos lujo máximo pero sí tener mejor infraestructura, como debe ser para una selección, es un tema que con el tiempo debe mejorar”, lanzó.

El entonces capitán de la selección repitió sus críticas en 2017 y las extendió no solo a Juan Pinto Durán sino que también al estadio Nacional: “Me tocó recorrer casi el estadio completo (…) Me encontré con la ingrata sorpresa y me dio mucha tristeza ver un estadio vacío, un estadio sin alma, pobre, sucio… Sin identidad”.

Sobre Juan Pinto Durán, aseguró que todavía en 2017, “no es posible que estemos en Pinto Durán con dos canchas entrenando ahí casi metidos muchos días y que no tengamos un recinto acorde a lo que tiene la selección hoy en día. Los que vienen más atrás también lo necesitan, los más chicos”.

El último en referirse a las condiciones en las que tienen que trabajar cuando vienen a la selección fue Alexis Sánchez, tras el partido ante Colombia por las clasificatorias al Mundial de Catar 20022.

“La selección debe hacer un click en muchos sentidos, en un complejo o en el desarrollo de cada jugador. Debemos seguir creciendo a nivel de juveniles, la ANFP debe mejorar el trabajo con los jóvenes porque no veo a ninguno que venga de atrás y ustedes (la prensa) también deben ayudar en ese sentido”, aseguró.

Muchos malinterpretaron las palabras del delantero, que luego aclaró a qué se refería realmente: “Sólo dije que me gustaría que la ANFP trabajara más con los jóvenes y las selecciones menores. Quisiera que nuestra selección tenga un nuevo Pinto Durán como corresponde”.