Con tan solo 11 años de edad, Rocío Soto sabía cuál sería su gran pasión y que quería hacer por el resto de su vida: jugar a la pelota.

Y tal vez fue esto mismo lo que la motivó a decidirse por apostar todos sus recursos y esfuerzos en perseguir sus sueños, los que hoy en día la tienen como una de las futbolistas chilenas más influyentes del momento.

Eso sí, su camino para llegar hasta aquí no fue fácil, ya que mientras vestía las camisetas de Palestino y Colo Colo debió hacer caso omiso a las bromas sexistas, al amateurismo que prima por estos lados, a las paupérrimas condiciones del fútbol chileno y a la poca valoración e importancia que se le da quienes lo practican.

Afortunadamente todo esto quedó atrás y hoy Rocío Soto al fin puede sacar cuentas alegre.

Esto último, ya que luego de su positiva participación en la Copa América Femenina que se celebró en la Región de Coquimbo en abril de este año, ella recibió el llamado de su vida, el que por cierto le avisaba que debía partir al fútbol español para seguir persiguiendo sus sueños.

A continuación, su entrevista con BiobíoChile:

Considerando que en nuestro país el fútbol siempre ha sido visto como un deporte para hombres, ¿podrías comentarnos cómo fueron tus inicios en el ‘deporte rey’?

Yo juego a la pelota desde que tengo uso de razón. Recuerdo que estaba en Kinder y ya jugaba con mis compañeros de curso. Aún así, si tuviera que decirte una edad, sería a los 11 años y en la Escuela de Fútbol de Colo Colo Carozzi.

Ahí compartía con niños de mi edad, pero como vieron que yo destacaba más que los otros niños decidieron pasarme a la categoría de 14-15-16 años, donde por cierto era la única niña en el club. En el colegio practiqué voleibol, pero nunca nada me encantó o apasionó tanto como el fútbol.

¿Cuáles han sido los clubes por los que has militado y cómo ha sido la experiencia en cada uno de ellos?

La primera camiseta que vestí fue la de la rama femenina de Palestino. En ese entonces Palestino no era federado, así que solo se competía a nivel de municipalidades y me tocó jugar el Campeonato Femenino que se organizó.

Luego de eso, y ya con un poco más de experiencia, me fui a Colo Colo, donde en el año 2009 se abrió la primera categoría Sub 17. Ahí estuve hasta el primer semestre de este año, antes de recibir el llamado de España.

Imagino que en todos estos años has debido sobrepasar varios inconvenientes por el solo hecho de jugar a la pelota, ¿ha sido fundamental el apoyo de la familia?

Absolutamente. El apoyo de ellos ha sido una pieza fundamental. Yo me considero una persona muy familiar, ‘mamona’ y que da todo por ellos, quienes son mi vida y alegría. Es más, debo admitir que cada decisión que tomo en mi vida es compartida con ellos, así de alguna manera me quedo tranquila y feliz, puesto que si yo lo estoy, ellos también los están.

Y tu llamado a la selección chilena, ¿podrías comentarnos cuáles son las sensaciones que genera que te llamen para vestir la camiseta nacional?

Ser llamada y estar en la Selección es un orgullo, ya que uno desde chica siempre sueña con representar a su país. Eso sí, debo mencionar en que si bien vestir la camiseta de la ‘Roja’ siempre es un honor, debemos tomarlo con la responsabilidad que significa ser la ilusión y las ganas de millones y millones de personas, quienes siempre confían en ti.

Y las sensaciones no sabría cómo definirlas correctamente. Yo creo que cada partido es importante, aún así, pasar a la siguiente fase o meterse en una final de un torneo, siempre te marcarán un poco más.

A modo de ejemplo, yo creo que el partido que más he disfrutado fue el que disputamos contra Argentina en la Copa América 2018. Ese día disfruté porque supimos tomar de manera positiva la presión que nos generó y bueno, lo pudimos sacar tranquilamente adelante.

Extraída de ANFP / Sitio Oficial
Extraída de ANFP / Sitio Oficial

Dentro de este contexto, ¿podrías comentarnos cómo viviste la Copa América Femenina de este año?

No hay palabras. Yo la viví de forma muy intensa porque pasé por muchas emociones. Pero ahí es donde uno debía ser resiliente y transformar en energía todo lo malo o negativo que había, para poder continuar luchando por nuestro sueño quey era estar en el Mundial.

Eso sí, una de las cosas que más rescato es que todo un país se haya sumado a la alegría del fútbol femenino. Yo sigo creyendo que somos Chile, que somos grande y que estamos para grandes cosas. Solo depende de nosotras que las cosas mejoren.

¿Y crees que fue esto mismo lo que gatilló que un gigante europeo como el Zaragoza se haya fijado en tu juego y decidiera ficharte?

Mira, no sé si fue eso, yo creo que mi traspaso lo deseaba tanto que solo llegó. Yo comencé a trabajar junto a Claudio Bernal, mi representante, al cual le agradezco por su buena onda, confianza y su buena disposición.

El fútbol de acá tiene mucho potencial, además que ser muy profesional. Uno puede pensar del entrenamiento de la tarde, al partido del fin de semana. Y yo creo que es eso lo que más te hace crecer, puesto que las cosas son muy distinto a todo lo que estaba acostumbrada.

Solo agradezco la oportunidad que se me brindó y espero aprovecharla hasta el último de los días.

Finalmente, nos podrías comentar, ¿cómo te marcó la clasificación de Chile al Mundial de Francia, así cómo lo que esperas conseguir en dicho evento?

Primero, debo señalar que el camino hacia la clasificación fue un proceso muy largo, donde nunca fuimos solo 20 personas. Y yo creo que fue esto mismo lo que hizo que consiguiéramos el cupo, ya que como este era el sueño de todas, nos esforzamos al máximo para que así fuera.

Segundo, te debo repetir que estar en la Selección Chilena significa mucho para mí y para la gente que me conoce, puesto que indirectamente soy la cara visible de ellos.

Y bueno, lo tercero y último que te puedo decir, es que el Mundial es un sueño hecho realidad y estar en la final sería lo máximo. Eso sí, prefiero tomármelo con tranquilidad, ya que sé que tenemos que ir paso a paso, intentar pasar la fase de grupos y luego luchar por lo grande. Aún así, yo creo que hay que soñarlo y desearlo tanto, que esto no tenga la opción de escaparse de nuestras manos.