Kolbeinn Tumi terminó viviendo una pesadilla en el principal coliseo deportivo del país. Esto debido a los graves incidentes protagonizados por barristas albos en el sector norte del reducto ñuñoíno.

Un periodista e hincha islandés arribó el domingo al Estadio Nacional con el objetivo de vivir una fiesta del fútbol con la definición de la Supercopa de Chile entre Huachipato y Colo Colo.

Sin embargo, Kolbeinn Tumi terminó viviendo una pesadilla en el principal coliseo deportivo del país. Esto debido a los graves incidentes protagonizados por barristas albos en el sector norte del reducto ñuñoíno.

Su amarga experiencia la plasmó con un escrito en su cuenta de X, convirtiendo su vivencia en viral. “Calma después de la tormenta. El regreso de Arturo Vidal con Colo Colo terminó antes de lo esperado. Nunca experimenté nada parecido”, dijo.

“Gas pimienta, abucheos, lanzamiento de ladrillos, fuegos artificiales, el juego terminado y ventanillas rotas del coche para rematar la noche. Los niños nunca olvidarán esta noche loca”, agregó.

En su publicación, Tumi -que lleva casi seis semanas en el país- posteó una foto junto a su familia en la tribuna andes del Nacional, donde aparece con la camiseta de La Roja.

Apuntar que la Supercopa terminó siendo suspendida a los 80 minutos de juego, en momentos que Colo Colo vencía por 2-0 a Huachipato con goles de Carlos Palacios y Arturo Vidal.

El reportero islandés detalló el caos vivido en el recinto de Ñuñoa

Tras su posteo en redes, Tumi publicó una crónica en el sitio web Visir, de Islandia: “Spray de pimienta, ventanillas rotas y niños islandeses locos“, tituló.

“Algunas noches nunca las olvidas. Ayer experimenté uno de estos con mis hijos. En el hermoso país de Chile, donde las divisiones de clases y la ira hierven a fuego lento y los hooligans se apoderan de un partido de fútbol en Santiago. Más de cincuenta años después de que personas fueran ejecutadas en el mismo lugar por creencias ‘equivocadas’”, arrancó la nota.

“La seguridad era tal que no pensé que pudiera pasar algo que hiciera que mi hijo preguntara durante el juego si podíamos irnos a casa. Otro día estaba por llegar”, añadió.

Continuando con su relato, el islandés señaló que “no voy a fingir que temía por mi vida ni nada por el estilo. Nunca durante un partido me sentí realmente amenazado. Mis hijos eran diferentes. Estaba un poco preocupado por ellos en caso de que la situación fuera tal que no pudiera manejarlo”.

“Durante nuestra rápida caminata desde el estadio hacia el auto, noté que un joven parecía estar mirándonos. En un momento intentó hablar con mi hija que no entendía nada y le dejamos claro que no queríamos tener nada que ver con él. No nos molestamos en caminar directamente hacia nuestro auto en caso de que alguien estuviera mirando desde la distancia. Finalmente seguros de que nadie nos seguía, nos dirigimos al auto”, complementó

“¿Se rompió la ventana del asiento trasero? Sí. Qué seguridad por parte del tipo del chaleco (cuidador de autos)… Lo que pasó anoche dentro del campo en Santiago se olvida rápidamente, pero lo que pasó afuera estará en el banco de experiencias de nuestros niños por mucho tiempo”, finalizó.