El exjugador de Colo Colo, Universidad Católica y Palestino, Ángel Carreño, publicó recientemente en redes sociales una carta que relata el duro momento económico que atraviesa.

Ya no recibe los $200.000 que ganaba haciéndolas como comentarista radial ni los $100.000 que recibía los fin de semana por jugar en el fútbol amateur.

Debido a la pandemia, el exjugador ha tenido que refugiarse en su madre, quien por ahora lo está ayudando con dinero.

“Mi vieja es la que me está salvando, plata yo no tengo, y lo único que podré cobrar este mes son $100.000 de la devolución de impuestos. Fríamente soy un indigente, no tengo nada”, dijo a La Cuarta.

Tras su retiro en 2015, luego de su paso por Deportes La Serena, el ‘gitano’ se fue a descansar con 40 millones en ahorros.

Pensando en el futuro, el exjugador decidió invertir ese dinero en la producción de una bebida a base de yerba mate y en 2016 lo materializó.

“No era una mala idea, se vendió harto y llegamos a varios lados, pero cometimos errores”, señaló.

“Cuando dejé el fútbol no tenía idea de nada, de cómo hacer una boleta, una factura o una declaración de impuestos, entonces en busca de encontrar un nuevo rumbo a mi vida decidí confiar en un conocido, quien me convenció de la idea y se convirtió en mi socio. A la larga desapareció y tras el fracaso del negocio me dejó una deuda de 300 millones”, lamentó.

Para poder pagar esa enorme deuda, Carreño debió vender la mayoría de sus pertenencias. Además, arrastró a su madre que en ese entonces era su aval en el negocio.

“Para pagarla tuve que perder todo. De verdad no puedo describir todo lo que me pasó en todo ámbito. Más encima arrastré a mi vieja que era mi aval. Todos los dramas fueron uno, quedé solo y llorando en los bancos para que me hicieran rebajas. Gracias a Dios me las hicieron, si no, no podría estar parado ni cagando”, relató.

En la carta que publicó en redes contando su historia, aparece el nombre de Jaime Valdés, a quien el ‘gitano’ culpa de su debacle.

“Cuando todo se fue a la mierda logré salvar algunas máquinas que hacían la bebida, y como no tenía cómo producirlas me acerqué a su fábrica (producía bebida de maqui) para que me dieran una mano. Era lo único que tenía y se las entregué”, comentó.

Sin embargo, “el negocio no resultó otra vez y cuando le pedí las máquinas de vuelta no quiso entregarlas. Fue ahí cuando perdí mi departamento”.

Carreño aclaró que conversó con Valdés cuando aún estaba en Colo Colo, pero el encuentro no fue el esperado.

“Me recibió en el Monumental cuando aún estaba en Colo Colo y poco me pescó. Él lo conversó con sus socios y prefirió hacerle casos a ellos, me dolió que me diera la espalda, pero lo entiendo. Pudo hacer más por mí, pero filo, igual le tengo cariño”, agregó.