La historia de Durby Durán no es una que pueden contar muchas personas y, muchos menos, con 21 años. La joven oriunda de Molina, región del Maule, desde pequeña se dedicó al fútbol, pero su salud le ha jugado una muy mala pasada en los últimos meses.

Como profesional, tuvo sus primeros pasos defendiendo el arco de Curicó Unido. Empezó jugando como delantera, corriendo y presionando, pero por casualidades de la vida terminó bajo los tres palos.

“Para un partido faltó una arquera, y como yo tenía el porte me decían que podía entrenar. No me convencía, pensaba que no iba a hacer nada, pero entrené una vez y de ahí no me corrieron más”, reconoció la joven a BioBioChile.

Su talento la llevó por varios clubes del fútbol nacional. Universidad de Concepción, Universidad de Chile y Palestino son algunos de ellos. Pero ella quiso volver a sus orígenes, a su natal Molina y al club “tortero”, en el que vivió sus primeras aventuras como futbolista profesional.

Sin embargo, al momento de comenzar con los problemas más graves de salud, Durby solo pensaba en su otro club, al que pertenece junto a sus amigas y con el que cada año compite en un torneo organizado por el mismo Curicó. Lamentablemente para ella, no alcanzó a disputar ningún encuentro de esta edición.

“Meses antes estuve con dolores de espalda, de abdomen y fiebre, pero solo me decían que era una gripe. Pero el primer día que caí hospitalizada, con dolores, tos y vómitos explosivos, me encontraron un taponamiento cardíaco”, recordó Durán.

“Mi corazón estaba cubierto por una bolsa de líquido, igual que mis pulmones y el riñón. De haberse reventado hubiera fallecido de inmediato”, detalló la joven guardametas.

De ahí los recuerdos de Durby se desvanecen y lo que sabe de los siguientes tres días, a partir del 23 de enero, es por relato de Carmen Rojas, su madre. “Pasé tres días en coma inducido, conectada a máquinas. Y después otros 24 internada en hospitales”, indicó la deportista.

El partido más triste para Durby

Los doctores no podían esconder su sorpresa ante la condición en la que estaba Durán ni tampoco su diagnóstico: tenía cero esperanzas de vida. “A mi familia le dijeron que se preparara para todo. Si no me operaban en ese momento me iba a morir”, comenta la arquera.

“El haberme recuperado fue un milagro, gracias a Dios aquí estoy, viva aún”, agregó la jugadora .

Durby batalló y salió vencedora de los días más críticos pero, y lo que aún le aqueja, es no tener claridad de lo que ocurre con su salud. Suposiciones hay varias, desde lupus o la enfermedad de Still, pero nada ha sido confirmado.

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“Me he tratado particular, me han mandado a hacer exámenes, pero aún no hay nada claro. Tengo hora esta semana con el inmunólogo en Talca y con el reumatólogo”, contó Durán.

Otra opción que maneja su familia es llevarla a Santiago, pero ella se resiste. No está seguro de que viajar a la capital sea sinónimo de que alguien definirá lo que la aqueja.

“He tenido días buenos y días malos. Puedo estar de lo más bien y de la nada recaer. Se me puede inflamar el pericardio y deben llevarme de inmediato al hospital”, sostuvo la guardametas.

“Es muy irregular, en todo. De ánimo estoy regular, aunque me lo han mejorado bastante. Me la pasaba encerrada en la casa pero ahora salgo, intento estar haciendo cosas”, añadió Durby.

“He tenido suerte de sentirme apoyada”

La historia de una destacada portera cuya enfermedad aún es desconocida ha impactado en Molina y Curicó, y no han sido pocos los que han querido darle una mano a la familia de Durán en este momento.

Lo más destacado, reconoce ella, es la rifa que un grupo de socios del club “tortero” han organizado para reunir fondos y costear los exámenes y tratamientos a los que Durby deba someterse.

“Es una idea que surgió de un grupo de socios del ‘Curi’, que estuvieron pendientes de mi desde que estuve hospitalizada y me iban a ver por las tardes. Ellos se han portado muy bien conmigo”, agradeció la joven portera.

Otras personas a las que destacó Durán, fue a sus compañeras de Curicó y a sus colegas de los anteriores clubes que defendió. “Las chicas del ‘Curi’ andaban vendiendo rifas en la calle hospitales y hasta en el estadio”, comentó la oriunda de Molina.

De sus exequipos en tanto, son constantes los saludos y la preocupación por ella. Desde Palestino y la Universidad de Concepción la animan diariamente, mientras de Universidad de Chile le enviaron una camiseta firmada por el plantel masculino para que pueda ser rifada.

Twitter | Curicó Albirrojo
Twitter | Curicó Albirrojo

“Otros equipos también se han movido mucho, el fútbol femenino se ha movido mucho. La Anjuff (Asociación de Jugadoras de Fútbol Femenino) y el Sifup me llaman de repente, he tenido la suerte de sentirme apoyada”, indicó Durán.

Otros gestos que han alegrado a Durby han sido los de algunos jugadores, como el que tuvo Jorge Deschamps, portero del equipo masculino de Curicó Unido.

“Él vino a mi casa, me regaló sus guantes y una camiseta. Se comprometió para ayudar a mi familia con los gastos médicos y si íbamos a Santiago. Él me dio fortaleza, alegrías y ganas de seguir luchando, me ayudó a cambiar el chip”, enfatizó Durby, quien sueña con volver a entrar a una cancha lo más rápido posible.

“Será una recuperación larga, pero solo quiero volver a jugar. Quiero cumplir el sueño de defender a Chile y llegar al Barcelona”, sentenció la joven arquera.

Por lo pronto, este 05 de abril será sorteada la rifa que busca ayudar a Durby y su familia para costear gastos médicos. Mientras, ella y su familia aguardan por el día en tener claridad de lo que ocurre con su salud y tener el pitazo final al partido más duro se su vida.