En la parte alta de Puerto Montt, allá donde el viento y la lluvia pegan con fuerza en la cara, se encuentra el estadio Estero Lobos.

Para muchos de los sureños es muy conocido y la razón es bastante sencilla: pocos pueden olvidar esas ‘pichangas’ en donde la pelota se enterraba en el barro y de ahí no había quien la sacara. O al menos así era hasta que llegó una remodelación total.

Y es que dicha cancha, conocida y querida por muchos, hoy luce totalmente distinta a lo que era hace 10 años atrás. Pasto sintético, cuatro camarines, luminarias de última generación, cómodas tribunas y hasta una guardería, son parte de los atributos que tiene el nuevo estadio de Estero Lobos.

¿Una guardería? Sí, un pequeño jardín que sirve para que las madres futbolistas dejen a sus hijos mientras persiguen su pasión. Esto, ya que el campo de juego que fue creado por y para las mujeres, es el único estadio dentro de Chile destinado a fomentar la practica femenina del deporte rey.

Cómo y por qué nació este proyecto, la ex presidenta de la Asociación Deportiva Local de Fútbol Femenino Puerto Montt, Yasna Ortiz lo dice fuerte y claro: había que sentar las bases para hacer un trabajo formativo en esta materia, puesto que material hay de sobra.

“La idea de gestionar un estadio nació en el año 2004, cuando se fundó la Asociación de Fútbol de Mujeres aquí en Puerto Montt. En ese tiempo habían campeonatos de mujeres, pero se tenían que jugar en los recintos que prestaba la Municipalidad porque no habían canchas”, partió reconociendo Ortíz en conversación con BiobioChile.

Complementando con que “en un principio se les entregó una cancha en las afueras de Puerto Montt, la que que si bien era un relleno tapado de barro, gracias a la ayuda de la gente desde la misma Municipal se pudo mejorar”.

En dicha instancia no solo se construyeron los arcos y se delimitaron las áreas, sino que también, se consiguieron graderías y un container que cumplió las funciones de camarín, lo cual permitió que el campeonato pudiese continuar.

“Estuvimos por varios años jugando en esa cancha, hasta que surgió la idea de gestionar un proyecto para un estadio. Esto, a raíz de que muchas personas estaban cansadas de jugar entre las piedras y el barro, lo que en invierno se hacía insostenible”, añadió.

Eso sí, la tarea no fue fácil. Y es que ella y sus colegas debieron dejar los pies en las calle de la lluviosa ciudad, todo con el objetivo de pedir la ayuda que les permitiera concretar su sueño.

Muchos les dijeron que no y otros simplemente les cerraron las puertas en la cara. No obstante, fue el actual alcalde de Puerto Montt, Gervoy Paredes, quien se dio un tiempo para escuchar al grupo de guerreras y darle una luz de esperanza a su particular proyecto.

“Nosotras comprometimos a don Gervoy antes de que saliera alcalde de la ciudad. Él nos dijo que iba a apoyar todo esto para que el fútbol femenino se potencie aún más. Obviamente, el tema del estadio era una importante barrera a derribar y se lo tomó muy en serio”, indicó Ortíz, agregando que “cuando él fue electo, fuimos a cobrarle la palabra y así logramos hacer un convenio para que nos cedan espacios deportivos los fines de semana. Todo esto mientras el estadio se estaba construyendo”.

La construcción del recinto tuvo una duración de tres años, tiempo en que el municipio les cedió los espacios comprometidos, ayudando a que estas mujeres y la “pelotita”, nunca dejaran de correr.

De eso ya han pasado dos años, periodo en el que el pasto sintético del nuevo estadio (instalado por la empresa Sportwelt) ha albergado y sigue albergando un sinfín de campeonatos, y en donde cada fin de semana se pueden observar a muchas mujeres reunidas para disputar el torneo local.

“Es importante dejar en claro que Estero Lobos no fue un estadio que se remodeló, sino que es un recinto completamente nuevo, el que está orientado a potenciar el fútbol femenino de la región”, apuntó la también jugadora de fútbol, sentenciando que “este proyecto se diseñó para nosotras y siempre estaremos agradecidas, ya que nos ha permitido, entre otras cosas, trabajar con un semillero de niñas que tienen potencial y que pueden desarrollarse con total facilidad”.

La creación de este estadio es otra muestra clara de que el fútbol femenino llegó para quedarse, y que en nuestro país es necesario comenzar a darle la tribuna que se merece.