Universidad Católica y Universidad de Chile dejaron dos clásicos candentes en 1994. Partidos bravos, con peleas, expulsiones, lenguas venenosas, árbitros al borde del descalabro y goles polémicos. Ambos equipos pelearon el campeonato de punta a punta. Ambos tenían planteles con galanura y con guapeza. Alberto Acosta, Néstor Gorosito y Sergio Vásquez de un lado; Marcelo Salas, Raúl Aredes y Sergio Vargas del otro. En su momento parecía que el título iba a ser para los precordilleranos, pero la U remontó y le puso fin a la maldición de 25 años sin títulos de primera división.

La UC lo ganó con nueve jugadores

El primer clásico universitario se disputó el 21 de agosto. El partido no llegaba a los cinco minutos y toda la Católica se fue encima del árbitro Salvador Imperatore pidiendo la expulsión de Fabián Guevara por una fuerte entrada al ‘Beto’ Acosta. Ese solo sería el inicio. En una jugada que casi termina en gol de la U, el cuadro de la franja reclamó por un codazo de Marcelo Salas al defensor Sergio Vásquez.

A los ’25, fueron los azules los que le pidieron explicaciones a Imperatore por una supuesta mano de Vásquez en el área cruzada. Juan Carlos Ibáñez también pidió penal poco después.

El ambiente en el Nacional era eléctrico. Cristián Castañeda bajó a Gorosito, Acosta le quiso quitar la pelota para cobrar el tiro libre y terminó cayéndose dramáticamente alegando un codazo del lateral azul. El ‘Beto’, tan mortífero como provocador, seguiría en lo suyo. Se ganó amarilla por querer engañar al árbitro en un cruce con Luis Musrri. Nelson Parraguez, también consumido por la adrenalina, se fue expulsado por una fea entrada a Marcelo Salas. Con uno menos, Acosta le pegó un puñetazo a Musrri en una carrera mano a mano por la pelota. La UC tendría que jugar todo el segundo tiempo con nueve e Imperatore a esas alturas se movía entre el delgado intersticio entre el orden y el desastre.

“El ‘Beto’ Acosta es lejos el jugador de Universidad Católica que más recuerdo, por todo lo que significaba. Ese año (1994) le hizo un gol a todos los equipos menos a nosotros, en los dos partidos que jugamos. Bueno, también habla de que lo marcamos bien con Rogelio (Delgado) y con (Luis) Abarca, con quienes jugábamos en defensa, así que feliz de haber podido contrarrestar esa dupla Gorosito-Acosta, que fue muy buena”, narró Ronald Fuentes en una nota a El Gráfico.

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Sin embargo, la U de Chile no pudo hacer pesar la ventaja numérica. Los dirigidos por Manuel Pellegrini se serenaron y encontraron premio. Sergio Vásquez conectó un tiro libre de Gorosito con un cabezazo de manual y puso el único tanto del partido. Los jugadores de la U se quedaron reclamando una falta del defensa al encumbrarse sobre su marcador.

Un joven ‘Matador’ estuvo a la altura

El 4 de diciembre de ese año se volvieron a enfrentar. Los azules habían acortado la distancia de siete puntos a solo dos. Una victoria los dejaba en la cima y muy cerca de poner fin a la maldición de 25 años sin títulos.

La U salió con el afán del cazador. Aredes controlaba el medio y Cristián Castañeda avanzaba con tranco de león por la banda derecha. Tuvieron varias ocasiones, pero ni Salas, ni Esteban Valencia ni el ‘Bombero’ Ibáñez pudieron batir a Patricio Toledo.

La Católica aguantaba los embates como podía. A los ’37 se iba a quedar con uno menos. Néstor Gorosito, el talentoso enganche de los cruzados, vio la segunda amarilla por un foul sobre Valencia, en una jugada que generó polémica.

En el segundo tiempo el cuadro de Jorge ‘Lulo’ Socías sitió a la visita. Un inmenso Toledo y un dudoso off-side cobrado a Marcelo Salas mantenían el marcador en cero. El empate condenaba a la U, aguijoneada por el tic tac del reloj. Cuando quedaban diez minutos para el final, Víctor Hugo Castañeda metió un medido pelotazo al corazón del área. Ibáñez la alcanzó a peinar, Salas la amortiguó con el pecho y la empalmó con la zurda para desatar el frenesí azul en el Nacional. Los jugadores de la UC, todavía sulfurados por la expulsión de Gorosito, se fueron encima del árbitro, Carlos Robles, para reclamar un fuera de juego del ‘Matador’.

Salas, un joven en éxtasis al anotar el gol del campeonato y escuchar a todo el estadio corear su nombre, no se aguantó y un minuto después fue expulsado por provocar a los rivales. El marcador no cambió y tres fechas después, en medio del desierto, la U volvió a ser campeón del futbol chileno.

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Nos robaron el campeonato de 1994, a quién le queda duda. La U tenía un equipazo, los jugadores no tienen nada que ver en esto pero hubo un línea que los dirigió quince veces. Nos robó (Carlos) Robles. Hace 25 años que no salía campeón la U y el padre de Robles los había dirigido la última vez (que habían salido campeones). Ese era el campeonato, sobretodo cómo habíamos jugado, después le ganamos a la Española y a la U le regalan un penal (ante Cobresal)”, declaró Gorosito a Fox Sports hace dos años.