Después de ganar la Supercopa, Pablo Guede respiró aliviado. A su rostro mustio le volvió el color y la sonrisa. Apareció dando entrevistas en su tono habitual: solo se irá de Colo Colo si sale campeón. Después de semanas tumultuosas tenía algo de tranquilidad para preparar el debut en un campeonato en el que no tendrá excusas. Pero un inesperado francotirador apuntó todas sus municiones contra el argentino.

Mark González se fue de Colo Colo en silencio. Fue un semestre para el olvido: llegó como el gran refuerzo y jugó solo cuatro partidos. A dos meses de su salida, y aún sin encontrar club, salió a repasar su relación con el técnico.

“Es bipolar. No es una buena persona”, “es rencoroso, envidioso y muy orgulloso”, “fue un cabrón”, “de un día para otro ya ni me saludaba”, “(Aníbal) Mosa está pintado. Guede decide todo”, fueron alguna de sus frases, evitando profundizar en ellas. Los comentarios del ex seleccionado se replicaron a velocidad supersónica en medios de comunicación y en redes sociales. La deflagración había iniciado. El director técnico, por enésima vez en lo que va de año, quedaba sometido al escarnio público.

Guede tenía que ir a conferencia de prensa y el tema principal era escuchar sus descargos. Él llegó tranquilo y lo primero que hizo fue hacerse cargo de los dichos de su ex pupilo. Estaba calmado, no como cuando denunció la presencia de “sapos” al interior del club para desestabilizarlo el campeonato anterior. “No merece le pena contestarle a Mark. Lo que dijo es un problema de él. No voy a romper los códigos”, dijo ante los periodistas en el Estadio Monumental, aclarando que no hablaría más del asunto.

Archivo | AgenciaUno
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El ex jugador del Liverpool no fue el único que le apuntó los cañones. Este viernes Germán Cavalieri, su ex ayudante en Palestino, le dedicó un tweet. “Hay que vender. Que sos bueno, que estás limpio, que te quieren, lo malo es que siempre aparece alguno con huevos que dice la verdad. Cosecharás tu…”, puso el entrenador de los ‘árabes’, quien en abril pasado había acusado a Guede de espionaje en la previa del choque de su escuadra ante Colo Colo.

Justo Villar, el arquero que por cuatro años fue prenda de garantía en el ‘Cacique’ y se acaba de ir por la puerta de atrás, no lo aportilló, fiel a su estilo jovial, pero sí reconoció que después de su última lesión dejaron de hablarse.

Estos dichos han reflotado viejos rencores. Pareciera que el argentino por donde quiera que va levanta una polvareda. En 2014, el técnico estaba en su cénit. Llegó de Argentina sin cartel y a los meses todo el medio hablaba de su Palestino vertical, vertiginoso y hasta temerario. Puso al equipo en la final de la Copa Chile y lo devolvió a la Copa Libertadores después de 36 años. Las loas no paraban de llegar y sonaba en las bancas de los clubes más importantes de Chile.

Pero no todos estaban contentos con su trabajo. El arquero Felipe Núñez, referente en ese momento, presentó su renuncia en medio del torneo, luego de diez temporadas en el club. Años más tarde desvelaría sus razones.

“Yo al menos no estoy dispuesto a ese trato. Trabajar con gente que roza la esquizofrenia, la paranoia. Con esos rasgos no se me hace agradable trabajar y cuando no estoy grato en un lugar es mejor dar un paso al costado, es lo más honesto”, expresó el golero, que luego de perder la titularidad había incluso dejado de ser considerado.

El golpe no hizo mella en un Guede que era dueño de la escena. Sin embargo, el júbilo del 2014 dio paso al fastidio del 2015. Los resultados dejaron de ser tan buenos y los conflictos con jugadores empezaron a ser habituales. Antes de viajar a Venezuela para jugar contra el Zamora, el estratega dejó en Chile al capitán Leonardo Valencia y César Valenzuela ‘por rendimiento’. Después del triunfo en suelo llanero, Guede declaró: “ustedes (los periodistas) se hacen las películas que se quieren hacer. Aunque Valencia sea el capitán, si no está rindiendo y otro esté a mejor nivel que él, yo voy a poner al otro”.

“La relación con ellos no es buena, es buenísima”, manifestó el DT sobre su afinidad con la plantilla.

En abril de ese año, la dirigencia terminó el contrato del golero José Quezada por petición del argentino. El futbolista, que hoy milita en Unión Española, aprovechó lo de Mark González para dejar su opinión. “Cuanto te entiendo Mark González, somos muchos los que quisiéramos hablar tantas cosas de esa persona”, escribió en su cuenta de Twitter.

Tras su paso por La Cisterna, Guede dio el salto y recaló en San Lorenzo de Almagro. En el ‘Ciclón’ arrancó mal y se fue eliminado en fase de grupos de la Libertadores. Se resarció llegando a la final del torneo local, en la que fue vapuleado por Lanús. En el suma y resta, había aprobado para seguir en la banca del club de Boedo. Sin embargo, sorprendió a todo el mundo renunciando. Le había molestado que la dirigencia renovara el contrato de Juan Mercier, un histórico del club con el que no contaba. Al principio, ni siquiera lo concentraba para los partidos.

Guede y Juan Mercier | Archivo | Agence France-Presse
Guede y Juan Mercier | Archivo | Agence France-Presse

“Yo de entrada no tuve feeling con Guede, quizás por eso me costó un poco más todo”, dijo el ‘Pichi’ al ser consultado por la salida del técnico. “Pienso que si un entrenador no quiere contar con un jugador, debe decírselo de frente a él y a los dirigentes“, agregó el volante central.

“Estoy enojado con él. Estuvo desbordado en estar en un club grande, se portó muy mal y faltó a la palabra”, comentó tras la renuncia el presidente de la institución azulgrana, Matías Lammens. “Me parece un buen técnico, sabe muchísimo, pero algunas cosas del grupo lo superaron. En su lugar no habría dicho eso. Me habría ido agradeciéndole a toda la gente de San Lorenzo. Y si no me hubiese gustado (la decisión del club de renovarle a Mercier), me habría callado la boca. Pero él sabrá cómo manejarse. Ya está”, analizó por su parte el vicepresidente Marcelo Tinelli.

Luego de unos meses en el limbo, Guede volvió a Chile, el país donde había afirmado ser ‘el puto amo’. Llegó con la promesa de cambiarle la cara al desvaído Colo Colo de José Luis Sierra. Su mal arranque lo borró de la lucha por el torneo, pero sí pudo ganar la Copa Chile.

Colo Colo nunca despegó y fue eliminado de la Libertadores por Botafogo en el Monumental. Guede sintió el mazazo, apenas tiraba unas palabras sueltas y su mirada no tenía fuerza. Estando en el suelo, le llegó un nuevo recado desde Argentina. “Cuando se fue, siempre dije que Guede tenía un mal manejo de grupo. Lo digo por lo que sentí así, obviamente que él sabe muchísimo, pero en el manejo le erró“, relató Leandro Romagnoli.

El ‘Pipi’, ídolo azulgrana, admitió que Guede trabajaba bien y sabía leer los partidos, pero destacó que hay que tener contentos a los 25 o 30 que componen un plantel y que a él le decía que lo quería, pero no lo ponía a jugar. “Los jugadores son bravos y si no tienes bien a los de afuera, a los que no juegan, se complica el panorama”, afirmó el enganche.

No han sido casos aislados. Las formas de Guede no gustan a muchos. En todos lados ha provocado ceños fruncidos. “Hago una autocrítica muy severa. Es verdad que soy muy frontal y digo lo que pienso a la cara. Pero no me voy a referir y hay un denominador común que está a la vista de todos“, se defendió. Ese denominador común es que todos los jugadores que lo han destrozado en los medios no han jugado en sus equipos.

Ante todas estas críticas, el ex futbolista encontró un aliado en uno de sus pupilos. Fernando Meza, a quien tuvo también en Palestino, lo respaldó en conferencia de prensa. “Guede es el mejor técnico que tuve. Me hizo crecer como jugador y ver el fútbol de otra forma. Me generó las ganas de ser DT”.

Un triunfo ante Antofagasta le devolverá tranquilidad. Guede, en todo caso, ya ha aprendido a caminar con dardos a cuestas.