A Deportes Concepción le asestaron un puñetazo brutal. Un brutal gancho que le dinamitó el mentón y lo mandó directamente a la lona. El ‘León de Collao’, como todos, sabía de golpes duros, pero ninguno había sido tan fuerte, tan cruel como ese.

Su ‘oponente’ era poderoso y tenía todo a favor. Nada más ni nada menos que el Consejo de Presidentes de la ANFP. La mayoría de los mandamases del fútbol chileno votaron (38 votos a favor) la remoción de Concepción del balompié profesional el pasado 26 de abril, debido a las irregularidades y sueldos impagos, tanto a jugadores como funcionarios del club, bajo la administración de Fuerza, Garra y Corazón S.A.

Los hinchas agolpados en la entrada del edificio ubicado en Avenida Quilín despotricaban contra sus verdugos, los mismos que hace más de una década promovieron el ingreso de las Sociedades Anónimas al fútbol bajo la promesa de higienizarlo. En la octava región, en tanto, la gente tiñó de lila las calles. Una escena que mezclaba banderas y cánticos con llanto y, sobre todo, mucha rabia.

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El dolor del hincha tras la desafiliación | Agencia UNO

El club se vació. Se fueron los patrocinadores, varios funcionarios, jugadores profesionales y de series menores. En ese lúgubre momento, asumió el Club Social y de Deportes Concepción. “Lo único que había, eran deudas”, confiesa su presidente, Víctor Tornería.

Había que empezar a generar plata. El único patrimonio del Club Social son los campos de entrenamiento, así que a los dirigentes no les quedó otra que apelar a los hinchas. “Inicialmente tuvimos la inscripción de 450 socios que pagaron, dependiendo de su calidad, entre $2500 y $5000. Luego, hicimos una campaña a través de redes sociales para que los hinchas donaran dinero. Se juntaron alrededor de doce millones de pesos”, cuenta Tornería.

Ese monto fue creciendo poco a poco con actividades de autogestión. Se hizo un amistoso con Linares que convocó a mil 500 personas, venta de productos de merchandising y festividades por las fiestas patrias. Los de billetera ‘más grosa’ aportan anónimamente una cantidad mensualmente. Con eso el club ha logrado, de a poco, sanarse económicamente.

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Actividad de fiestas patrias en Nonguén

“Tuvimos una situación muy compleja. Era el golpe que necesitábamos para reaccionar. La gente se sintió culpable por no haber hecho más por el Conce. Fuimos todos culpables de no haber fiscalizado. La gente ahora está empoderada, anda con su camiseta por las calles, participa en las actividades para ayudar al club”, relata el presidente.

A comienzos de septiembre apareció en la prensa que la ANFP está evaluando la reincorporación de Deportes Concepción al profesionalismo, anuncio que ilusionó a la hinchada penquista. Pero desde la dirigencia llaman a ser cautos. Recién ayer presentaban los alegatos ante tribunales.

“Es uno de los escenarios posibles. Nosotros no nos emocionamos con las cosas positivas y tampoco nos ponemos tristes cuando hay noticias malas. Al final es la justicia la que decidirá”, comenta Víctor Tornería.

Más allá de las decisiones que tienen lugar en oficinas con señores de terno y corbata, la pelota nunca ha dejado de rodar. A pesar de que legalmente no le correspondía, el Club Social se las arregla para que el fútbol no pare. Alrededor de la mitad de los niños que se fueron a otros clubes, volvieron a los predios de Nonguén.

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Deportes Concepción sigue funcionando en Nonguén

“Teníamos dos caminos: cerrar y que se fueran para la casa o seguir. Asumimos esa carga, tenemos que generar casi 4 millones de pesos mensuales para pagarle a los profesores, que han hecho un gran esfuerzo. Les pagamos alrededor de un 40% de lo que ganaban”, explica el represente del Club Social.

Ahora la entidad y los fanáticos penquistas ya piensan en este domingo, día en que realizarán una actividad inédita para el fútbol nacional: marcharán en masa hacia el estadio Ester Roa, ingresarán a la galería sur y cantarán por casi una hora, aún cuando nadie estará en la cancha. Una prueba de amor y fidelidad. Una muestra a la sociedad de que el equipo no está, pero que el club sigue vivo.

El tiempo -y los jueces- decidirán. Ya sea en Primera B, si les va bien en la apelación, o en Tercera B, Deportes Concepción, como aquel boxeador que siempre se levanta, seguirá dando pelea.