El grito de gol de Luis Suárez esta tarde ante el Atlético Madrid en el Wanda Metropolitano lo dijo todo. Barcelona igualó en el minuto 82 y logró rescatar un punto en la capital española.

Pero el desahogo del charrúa no solo hacía referencia a la unidad conseguida. El conjunto catalán visitaba Madrid por primera vez desde el polémico referéndum por la Independencia y los hinchas anfitriones, en su gran mayoría, prepararon un ambiente hostil contra los ‘blaugranas’.

La mayor prueba de lo anterior fue que en la galería no predominó el histórico blanco y rojo. Esta vez hubo una modificación: la tribuna se ‘pintó’ de rojo y amarillo, colores patrios hispanos.

Resulta que el sector más radical de la fanaticada ‘colchonera’ llevó cientos de banderas españolas para decorar el ambiente. Una provocación innecesaria para muchos.

Pero no fue todo. También se leyó una frase en algunas banderas y bufandas que seguramente en suelo catalán será repudiado: “Cataluña es España”.

Hay que sumar que hubo gritos de “España, España” en pasajes del enfrentamiento y que hubo pifias para los forasteros, especialmente Gerard Piqué, a esta altura un ’emblema’ catalán. Un ambiente caliente que, sin embargo, no logró opacar del todo a Messi, Iniesta y compañía.

Javier Soriano / Agence France-Presse
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