El joven futbolista brasileño Alex Mariano Nascimento Moura, de solo 16 años, fue asesinado a tiros dentro de su propia escuela, el Centro Educacional de Educación Profesional (CEEP) Residencial Esplanada, en Teresina.
Su nombre ya sonaba con fuerza entre los seguidores del fútbol base en Piauí. Jugador de la categoría Sub 16 del River Atlético Clube, su talento y disciplina lo habían puesto en la mira de otros clubes. Era, según su familia, “un chico que estudiaba, entrenaba y soñaba con un futuro mejor”.
Ese sueño terminó abruptamente la mañana del jueves 14 de agosto, cuando el crimen, tan brutal como premeditado, dejó atónitos a sus compañeros, maestros y a toda la comunidad futbolera de la región.
Según reportes de la Policía Militar, recogidos por el medio G1 Piauí, un hombre con casco logró ingresar al colegio saltando un muro, con la aparente ayuda de otras personas.
Una vez dentro, atrajo a Alex fuera de su salón y le disparó en al menos cuatro ocasiones en uno de los pasillos del edificio. No hubo oportunidad de defensa ni auxilio, ya que Alex murió en el lugar.
Un crimen que sacude a una ciudad
El caso ha generado indignación y preguntas en Teresina. El delegado Francisco Costa, del Departamento de Homicidios, afirmó que ya manejan líneas de investigación firmes.
Una de las principales hipótesis vincula el asesinato a una posible represalia por parte de una facción criminal local.
“El colegio tiene cámaras de vigilancia, pero el lugar donde ocurrió el crimen tiene un punto ciego”, explicó Costa. También indicó que el joven había sido visto en redes sociales con armas y consumiendo drogas dentro de ese sector del colegio, lo que podría haberlo expuesto ante grupos delictivos.
“Prácticamente ya tenemos identificados a los responsables”, añadió el delegado.
El River Atlético Clube emitió un comunicado en el que lamentó profundamente la “partida precoz y violenta” de Alex. “Era un joven lleno de sueños, dedicación, alegría y espíritu de equipo”, expresó la institución, que pidió justicia para que el crimen no quede impune.
Su madre, desconsolada, lo describió como “un buen hijo, el único que tenía”. Un joven que buscaba una vida diferente a través del estudio y el fútbol. Incluso, tenía ofertas para integrarse a equipos de otras divisiones.