Parecía destinado a ser uno de los mejores arqueros del fútbol de Brasil, pero el nombre de Bruno Fernandes de Souza es más recordado por el horrible crimen que cometió contra su esposa.
Tras irrumpir en Corinthians en 2006, el portero nacido en Belo Horizonte ganó renombre por sus actuaciones en Flamengo. El “Nuevo Rogerio Ceni” lo llamaron algunos, merced de sus goles de tiro libre.
Pero la vida privada del guardametas distaba mucho de la tranquilidad que transmitía a sus compañeros en cancha y, en junio de 2010, su carrera llegó a su fin.
De demandas a un horrible crimen
Algo le pasaba a Bruno. Ya no acostumbraba a salir de fiesta después de cada triunfo del ‘Mengao’. Tampoco se le veía en el club nocturno que acostumbraba visitar.
Eliza Samudio, expareja del arquero, había desaparecido. El rastro de la mujer se perdió el 9 de junio de 2010 y las sospechas apuntaron rápidamente al portero y capitán de Flamengo.
¿La razón? La demanda por paternidad que Samudio presentó en contra de Fernandes de Souza. De acuerdo a Marca, su hijo Bruninho nació fruto de una orgía grupal en la que los métodos anticonceptivos habían fallado.
La mujer exigía el pago de una pensión tras comprobar, mediante exámenes de ADN, que el guardametas era el padre. Pero él siempre se negó. Y que las acusaciones frustraran su arribo al fútbol europeo lo llevaron a tomar medidas extremas. Inhumanas.
30 días después del extravío de Samudio, Bruno -junto a otros tres hombres y un menor de edad- fue detenido por la Policía: fue acusado de la desaparición y supuesto asesinato de la mujer con la que había sido padre.
Bruno Fernandes conmociona a Brasil
Brasil se escandalizó con la noticia de la detención del arquero de la Verdeamarela, pero aun mayor fue el revuelo cuando el Ministerio Público destapó los detalles del crimen.
Según la investigación, los testimonios encontrados de los cinco sospechosos permitieron conocer el calvario del que fue víctima Eliza Samudio: secuestrada, torturada y asfixiada hasta la muerte por Fernandes de Souza.
Según testificó Bruno, el cuerpo de la modelo fue descuartizado y una parte se la dieron de comer a cuatro perros de raza Rottweiler. El resto fue sepultado bajo cemento.
“No lo sabía. Yo no lo ordené. Pero lo acepté”, fue parte del frío relato del entonces capitán de Flamengo.
De acuerdo a BBC, el futbolista fue condenado bajo cargos de homicidio calificado, secuestro y ocultación de cadáver de Zamudio, recibiendo una pena de 22 años de cárcel.
Pero Bruno solo estuvo un par de años en prisión. A comienzos de 2017, la Justicia brasileña ordenó la libertad condicional del arquero luego de que presentara un recurso contra la condena, argumentado que no se lo podía condenar cuando el cuerpo de la joven no había sido hallado.
Fernandes de Souza, una vez fuera de la cárcel, incluso intentó volver a jugar. El Boa Esporte -de tercera división- lo contrató, pero el masivo repudio al guardametas los obligó a cancelar su fichaje.
En tanto, la familia de Eliza Samudio se encargó de mantener en la palestra el horrible crimen por el cual fue condenado el deportista.
“Él dejó la cárcel riéndose, riéndose de la sociedad, de la justicia. Él es una persona fría. Si mi hija tuvo que sortear todo tipo de ataques cuando tenía a mi nieto, ¿Qué será capaz de hacer ahora?”, lamentó Sonia de Fátima Moura, madre de la víctima, a BBC.
“Él va a acabar lo que comenzó hace 10 años. Él es libre y mi nieto y yo somos prisioneros”, agregó la mujer que quedó a cargo de la custodia de Bruninho.
Bruno sí, Fernandes de Souza no
Se podría decir que el hijo no reconocido de Fernandes de Souza siguió sus pasos, ya que actualmente es arquero de la cantera de Botafogo.
Aunque además de no hablar públicamente sobre el crimen de su madre, el novel portero se cambió el apellido para no tener relación alguna con el otrora capitán de Flamengo.
Según AS, Bruno no corre con los gastos de su hijo desde septiembre de 2022 y hoy trabaja como “coach de deportistas profesionales”. Su clientela, impensadamente, es masiva.