Un batacazo en el mundo del fútbol durante esta semana sucedió en Alemania, luego de la derrota del Bayer Leverkusen ante el Arminia Bielefeld en las semifinales de la Copa local, algo que impacientó a los hinchas de las ‘Aspirinas’.
Los aficionados de Leverkusen arremetieron contra los jugadores, insultándolos y pidiéndoles explicaciones del abrupto bajón en su juego en comparación a la magistral campaña pasada donde se quedaron con la Bundesliga, la Copa de Alemania y como subcampeones de la Europa League.
Tras el partido y la derrota, los hinchas fueron a encarar a los jugadores y a escena apareció uno de los emblemas del equipo, el suizo, Granit Xhaka, quien se paró sin problemas ante los aficionados para poder controlar la situación.
Las cámaras de la transmisión captaron el momento, pero Xhaka se fue sin hablar del estadio. No obstante, guardó todas sus palabras para charlar con el medio suizo, Blick, donde reveló que “por supuesto, pueden criticarnos, pero el problema es cómo se hace esto”.
El Leverkusen contaba con casi 3500 aficionados. El estadio estaba repleto y algunos aficionados reaccionaron violentamente. Mientras se gritaban entre los hinchas y el capitán del Bayer, Xhaka estuvo acompañado por el jefe de seguridad del equipo, Ayhan Goevercin.
Para finalizar, Xhaka reveló que “tenía claro que mi prioridad principal era defender al equipo de los insultos”.