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El delantero húngaro Martin Ádám ha generado revuelo en redes sociales por su llamativo físico, con 191 centímetros de altura y 86 kilos de peso, tras la derrota de Hungría 1-3 ante Suiza en la Eurocopa. Ádám se enfrentó a críticas hirientes sobre su apariencia, respondiendo en rueda de prensa que su cuerpo es parte de su genética y que nació así. Aunque afligido por las burlas, el jugador se centró en el desempeño de su selección en el torneo, eclipsando a otras estrellas como Szoboszlai y Gulácsi. Su peculiar aspecto, con barba pelirroja y cuerpo robusto, ha dividido opiniones entre los aficionados, quienes lo comparan con personajes de la serie Vikingos.

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Después del primer partido en la Eurocopa de Hungría, derrotada 1-3 por Suiza, el delantero Martin Ádám ha sido objeto de múltiples comentarios en redes sociales por su llamativo físico.

Con 191 centímetros de altura y 86 kilos de peso, su fornida imagen atípica para un futbolista de elite corrió como la pólvora y fue objeto de algunos comentarios hirientes que no pasaron desapercibidos para el atacante del Ulsan Hyundai de Corea del Sur, a quien no le hicieron mucha gracia las críticas.

Después de la desolación por perder los primeros puntos en juego, Ádám quiso hacer frente a todas esas críticas. Apareció en rueda de prensa y narró cuáles fueron sus sensaciones después de sufrir la burla de un sector de crueles aficionados.

“Por supuesto que me llegaron uno o dos memes. Normalmente, me río de ellos. Nací así, es la forma de mi cuerpo. Obviamente, no tenía este tamaño cuando nací, pero no puedo cambiar mi genética. Pero sí, eso es todo lo que puedo decir al respecto”, explicó el atacante magiar.

A Martin Ádám se le pudo ver algo afligido mientras atendía a los medios de comunicación. Además, parecía algo cansado por tener que justificar cómo es su cuerpo.

Ante la prensa, suspiró en varias ocasiones ante una situación que parece haber vivido en el pasado. Su genética le ha costado comentarios hirientes y ahora acapara muchos de los flashes de la Eurocopa.

Y es que, su larga barba pelirroja y su cuerpo robusto, le han diferenciado de muchos de los futbolistas profesionales que participan en el torneo. Eso sí, por otro lado, otros hinchas le han mostrado su más absoluta admiración.

Le comparan con personajes de la serie Vikingos. Pero a Ádám, más pendiente del fútbol que de su genética, sólo le interesa que Hungría pase a la siguiente fase. Eso sí, de momento, el protagonismo de su selección lo acapara él.

Ni Dominik Szoboszlai ni Péter Gulácsi, las dos estrellas del combinado magiar, pueden con la fama que ha adquirido Ádám gracias a su genética.