El beso no consentido en la boca del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a la futbolista Jenni Hermoso empañó el título Mundial conseguido por La Roja europea en el Mundial femenino.

“Pero ¿qué hago yo? Mírame, mírame. No me ha gustado, ¿eh?”. Esas fueron las palabras que pronunció en el vestuario Jenni Hermoso, crack de la selección española de fútbol, al ser consultada por sus compañeras por el sorpresivo beso en la boca no consentido que le había robado minutos antes el presidente de su federación, Luis Rubiales.

La ’10’ hispana estaba incómoda. Sin embargo, la sensación de alegría por haberse coronado campeona Mundial de balompié -el primer título de la historia de su país en esta categoría- hacia más llevadera su molestia. Al punto, que la jugadora decidió enfocarse en los festejos junto al plantel.

Eso sí, el desubicado gesto de Rubiales, en plena ceremonia de premiación, ya no había pasado desapercibido. Ni para los 75 mil espectadores del estadio, ni para los millones que vieron la escena por la TV. El repudio fue generalizado.

El beso que nunca debió pasar

Lamentablemente, el beso de Luis Rubiales empañó la hazaña de las futbolistas españolas. Para eso, basta hacer una revisión a los principales medios deportivos de ese país donde queda en evidencia que la acción del dirigente encabezó las páginas más importantes.

En el resto del mundo fue lo mismo. Si bien el beso y la acción del presidente reunió calificativos desde “repulsivo” hasta “acoso”, invisibilizó la relevante gesta ocurrida en cancha.

Casi todos hablaron del beso. De cómo se arruinó la ceremonia de entrega de medallas y de que hubo un aprovechamiento de jerarquía por parte de Rubiales. Pocos comentaron el tanto de Olga Carmona que valió el título.

Por si fuera poco, el tema escaló a la política. Yolanda Díaz, vicepresidenta en función española, pidió la dimisión de Rubiales. “Se ha vejado y agredido a una mujer”, afirmó, consigna Diario Marca.

Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte, también fue crítico: “Todos hemos de ser especialmente cuidadosos en nuestras actitudes y nuestras acciones […] Creo que es inaceptable besar en los labios a una jugadora para felicitarla”, dijo a Radio Cope.

Es decir, Rubiales se robó todo el protagonismo. El que debía pertenecer a las inmensas e históricas jugadoras.

¿Jenni Hermoso da vuelta la página?: Las ‘disculpas’ forzadas de Rubiales

Las horas pasan y el beso no consentido sigue en boca todos. La RFEF envió una declaración oficial a los medios de Hermoso bajando el perfil a la situación.

“Ha sido un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación”, decía la nota.

Después, la ’10’, en diálogo con COPE, decidió destacar que son “campeonas con una estrella bajo el pecho” y que lo ocurrido con Rubiales “es una anécdota”. En un intento -para algunos obligado- de dar vuelta la página y minimizar los golpes al dirigente.

Rubiales, por su parte, no tuvo otra que pedir disculpas públicas. Unas que resultaron llamativas y forzadas. “Hay un hecho que tengo que lamentar y es todo lo que ha ocurrido entre una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos, al igual que con otras, y donde, pues seguramente, me he equivocado”, expresó en un video difundido por la Federación.

“Lo veíamos algo natural, normal, y para nada con ninguna mala fe. Pero fuera parece que se ha formado un revuelo. Desde luego, si hay gente que se ha sentido por esto dañada, tengo que disculparme, no queda otra”, agregó.

Finalmente, Rubiales admitió estar “apenado porque ante el mayor éxito de la historia en el fútbol femenino esto haya empañado en cierto modo la celebración”. Lamentablemente, palabras que llegaron demasiado tarde: la bomba ya había estallado.