Javier Altamirano se desvaneció en plena cancha el pasado 17 de marzo, en un Estudiantes vs. Boca Juniors, a causa de una trombosis en el sistema venoso del cerebro.

El mediocampista chileno Javier Altamirano dejó la noche del domingo 17 de marzo una dramática escena y preocupó a todos durante el duelo entre Estudiantes y Boca Juniors por el torneo argentino.

El ex jugador de Huachipato se desplomó en el terreno de juego y comenzó a convulsionar cuando transcurrían 25 minutos de partido. Sus compañeros lo fueron a auxiliar y rápidamente pidieron asistencia médica.

La situación paralizó a los hinchas del cuadro ‘pincharrata’. El volante de 24 años fue trasladado de inmediato a un hospital para realizarle pruebas médicas.

Finalmente, Altamirano se desvaneció en plena cancha a causa de una trombosis en el sistema venoso del cerebro.

Y el futuro deportivo del jugador chileno se avecina complejo. Incluso, Altamirano arriesga no poder jugar nunca más fútbol profesional.

“Un joven como él (tiene 24 años) lo más probable es que tenga trombofilia. Con trombofilia, el tratamiento con coagulantes es de por vida y no puede nunca más jugar fútbol ni un deporte de alta competencia”, expresó tajante a El Mercurio el cirujano vascular y endovascular de la Clínica Universidad de Los Andes y el Hospital Dipreca, Manuel Espíndola.

En tanto, Jorge Villacura, neurólogo de la Clínica Dávila, señaló al medio que “el estudio de trombofilia es clave. Si no se encuentra la causa, se trata con anticoagulantes durante tres a seis meses, incluso un año. Ese es el mejor escenario. El peor es que requiera anticoagulantes de por vida. Ahí tiene que cambiar de carrera”.

Para Christian González, médico del Instituto Neurológico de Santiago, “una trombosis venosa cerebral, si es que no hay una causa que la provocó, requiere entre tres y seis meses de anticoagulante y eso lo inhabilitaría de la competencia. Lamentablemente, la gran complicación del anticoagulante es el hecho de poder sangrar”.

“Hay pacientes que tienen condiciones de tipo genética como causa. Y muchos de esos pacientes quedan anticoagulados por largos períodos, o de por vida”, complementó.