Estados Unidos le dio un baile a Italia en cuartos de final del Mundial de Baloncesto, cerrando el tercer cuarto con una jugada propia del All Star.

Estados Unidos pasó por encima de Italia en los cuartos de final del Mundial de Baloncesto, sacando pasajes a semifinales con un aplastante 63-100.

El inesperado revés que sufrieron los norteamericanos en el choque previo ante Lituania hizo que estuvieran alerta desde el principio, aunque la realidad es que hubo mucho de demérito del rival en todo lo que sucedió durante la primera parte, pues los transalpinos terminaron los veinte minutos iniciales con 9 de 37 en tiros, 7 de 18 en tiros y 2 de 19 en triples.

Tres ataques culminados de manera consecutiva con sendos triples de Tyrese Haliburton, Brandon Ingram y Austin Reaves les dieron a los de Steve Kerr las primeras ventajas solventes y, a partir de ahí, comenzó a diluirse sin remedio el oponente.

Ni siquiera la efusividad en el banquillo de Gianmarco Pozzecco, marca de la casa, activó a los suyos. Con el aro reducido al tamaño de un anillo para ellos y los estadounidenses férreos en defensa y fluidos en ataque sin necesidad de exhibiciones, un parcial de 4-31 entre el primer y el segundo cuarto dejó todo casi decidido con veinte minutos por jugar (24-46).

Era pues el lienzo ideal para el disfrute del plantel norteamericano, que lejos de encontrarse presionado aprovechó los compases iniciales de la segunda parte para afinar la puntería desde el arco y terminó el tercer cuarto con un alley-hoop propio de un All Star, servido por Haliburton para Paolo Banchero tras pasarse el balón entre las piernas.

En el otro lado Italia seguía su caída hacia las catacumbas del triple, con 7 aciertos en 38 intentos tras el pitido final. Solo Simone Fontecchio, autor de los diez primeros puntos italianos en el tercer tramo del choque, dio señales de vida en mitad del martirio.

Por entonces el duelo carecía ya de intensidad y solo el talento individual de los protagonistas, con carta blanca para exhibirlo, mantuvo al público sentado en sus asientos.

Triste desenlace para Italia, que no llegaba a los cuartos en el Mundial de Baloncesto desde hace 25 años, y bomba de oxígeno para un equipo norteamericano que no quiere volver a casa sin el oro.