Este 19 de noviembre se cumplió otro aniversario de "Malice at the Palace", la pelea entre Pistons y Pacers por la NBA que cambió para siempre a la liga.

El 19 de noviembre de 2004, el Palace de Auburn Hills, Michigan, fue el escenario de la pelea más escandalosa en la historia de la NBA y que cambió las reglas de la mejor liga de baloncesto del mundo para siempre.

Aquel viernes, según recuerda 20 Minutos, los Indiana Pacers visitaron a los Detroit Pistons, vigentes campeones, en uno de los primeros duelos de la temporada regular.

Por los locales destacaban nombres como Ben Wallace y Chauncey Billups, mientras que los forasteros contaban entre sus filas con Stephen Jackson y Reggie Miller, entre otros.

El duelo se disputó con toda normalidad hasta el último minuto de juego, cuando los Pacers vencían 97-82 luego de dos impecables tiros libres de Jackson.

Trascartón, Ben Wallace se aprestaba para una clavada cuando recibió una falta de Ron Artest (hoy Metta Sandiford-Artest), por lo que el alero de los Pistons reaccionó empujando a su infractor.

Ahí comenzó la primera trifulca, con empujones y manotazos entre jugadores de ambos equipos. Artest se hizo el desentendido y se acostó sobre la mesa de anotaciones, algo que fue considerado como una provocación de parte del público local.

Fue cosa de segundos para que, desde la gradería, le arrojaran al alero de los Pacers un vaso de Coca Cola. El jugador de 2,01 metros era reconocido por su poca paciencia, y esa vez, no fue la excepción.

Poca paciencia

Sin pensarlo dos veces, Ron Artest se abalanzó hacia la tribuna en dirección a John Green, el fanático que le lanzó la bebida en el rostro.

A su paso, derribó a un locutor del estadio provocándole fracturas y una herida en la cabeza. Ya entre los aficionados, el alero de los Pacers repartió golpes a diestra y siniestra.

Tras Artest llegó su compañero Stephen Jackson quien, lejos de intentar detenerlo, agredió a otros hinchas. Recién en ese momento otros jugadores se acercaron a la zona para intentar calmar la situación, al mismo tiempo que los fanáticos huían y otros se sumaban a la gresca.

Pistons vs Pacers (2004).
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Pero faltaba una tercera pelea. Cuando Jackson y Artest regresaron al parqué, eran esperados por otro grupo de aficionados de los Pistons que les arrojaron palomitas de maíz y más bebidas, por lo que los jugadores reaccionaron con más golpes.

La vergonzosa noche acabó con varios heridos y el plantel de Indiana marchándose hacia los vestidores entre una lluvia de objetos, insultos y escupos. Las sanciones y medidas no tardarían en llegar.

Castigos de la NBA

El 20 de noviembre, un día después del “Malice at the Palace”, (Malicia en el Palace, nombre con el que se conocería la pelea) la NBA anunció los castigos a los jugadores involucrados: un total de 146 partidos de suspensión.

Las sanción más dura fue para Ron Artest: 86 duelos y 4.995.000 dólares de multa. Otras estrellas de los Pacers castigados fueron Stephen Jackson (30 partidos), Jermaine O’Neal (15), Anthony Johnson (5) y Reggie Miller (1). Entre todos, debieron pagar casi 11 millones de dólares en multas.

Por parte de los Pistons, fueron penalizados Ben Wallace (6 partidos suspendido), Chauncey Billups (1), Elden Campbell (1) y
Derrick Coleman (1). Los de Detroit debieron cancelar 559.499 de la divisa estadounidense.

En tanto, cinco aficionados del equipo local, entre ellos John Green, fueron vetados de por vida de los encuentros de los Pistons.

La NBA tardó tres meses en modificar sus protocolos de seguridad para evitar otra pelea similar a la del “Malice at the Palace”: se prohibió la venta de alcohol en los últimos cuartos, se redujo su compra a 71 cl y se decretó que debían haber al menos tres guardias entre bancas y el público.

Tras el incidente, sus protagonistas pocas veces han rememorado lo ocurrido aquel 19 de noviembre.

Uno que lo hizo fue Stephen Jackson, quien aseguró en entrevista con ESPN que no se arrepentía de haber golpeado a los fanáticos de los Pistons por lo insultos que recibió él y su familia.