El 16 de junio de 1996 es un día marcado a fuego en la carrera de Michael Jordan. Aquella jornada, ‘Mike’ conquistó su cuarto título de la NBA junto a los Chicago Bulls, quienes se consagraban por cuarta vez en seis años.

Fue, además, la consagración de ‘MJ’ luego de casi dos años alejado del baloncesto tras su incursión en el béisbol y la muerte de su padre, asesinado el 23 de julio de 1993.

James Jordan fue el gran impulsor de la carrera de Michael en el básquetbol. ‘His Airness’ siempre agradeció todo lo que hizo por él y por crear su feroz hambre de competitividad que lo llevó a ser el mejor de la historia.

Por lo mismo, la emoción en aquel primer triunfo sin su padre conmocionó a sus compañeros y terminó por derribar al propio ‘MJ’, quien no contuvo la tristeza luego de consagrarse por cuarta vez con los Bulls.

Las Finales de la temporada 1996 enfrentaron al equipo de la ‘ciudad del viento’ ante Seattle Supersonics y, el sexto partido, que a la larga fue el definitorio, coincidió con el Día del Padre en Estados Unidos.

Así, aquel 16 de junio se vio a un Michael errático, quien encestó 5 de sus 19 lanzamientos, pero aprovechó los tiros libres para sumar 22 puntos en la victoria 87-75 del equipo de Phil Jackson.

Pero cuando todos el United Center de Chicago comenzaban a festejar, ‘MJ’ tomó el balón del juego, se desplomó en el piso y se largó a llorar. Acongojado por no estar con su padre en ese día tan especial, no logró contener su emoción.

“Ni siquiera puedo ponerlo en palabras. En el Día del Padre con lo que significa para mí… Sé que él está mirando. Esto es para mi esposa, mis hijos, para mi madre, mis hermanos y hermanas. Esto es para papi, estoy muy feliz por él”, declaró ‘His Airness’ tras reponerse.

La estremecedora imagen puede apreciarse en los nuevos episodios de la serie documental “The Last Dance”.

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